03 abril 2008

El Violonchelo: Jacqueline Du Pre


Hoy dedicamos aquí un emocionado recuerdo a esta inolvidable y maravillosa violonchelista de la cual el año pasado se cumplieron veinte de su temprana muerte.
Los primeros años de la vida de Jackie fueron una época encantadora. Su padre era originario de Jersey (Francia) lo que explica su apellido normando que significa "del prado", pero ella nació en 1945 en Oxford y creció en Purley, Surrey (Gran Bretaña). Tenía unos cinco años cuando escuchó por vez primera un violonchelo en la radio y desde entonces importunó a sus padres para que la compraran uno. Su madre, pianista profesional, le compró finalmente uno y por las noches le escribía tonadas con dibujos en las partituras que ambas tocaban a la mañana siguiente.

Cuando tenía sólo seis años, Jackie empezó a tomar clases con otros niños en la Escuela de Violonchelo de Londres. A los diez daba indicios de tal talento musical que dejó la escuela y continuó su instrucción con un maestro particular, para poder dedicarle más tiempo al chelo.
Su madre la llevó a dar lecciones con William Pleeth, profesor de violonchelo y música de cámara en la Escuela de Música y Teatro Guildhall de Londres,distinguido chelista y reputado profesor.
Desde el primer momento, éste descubrió su enorme capacidad de trabajo y extraordinaria memoria y que tras el inocente entusiasmo de la niña se escondía un enorme potencial: allí estaban la técnica, la emoción y el apasionado gusto por tocar.


Una vista de Londres, capital del Reino Unido y una de las ciudades más famosas del mundo

Cuando tenía apenas 11 años ganó el prestigioso Premio Suggia, aunque fue la concursante más joven y al entrar a estudiar en la Escuela de Música Guildhall, consiguió todos los premios de violonchelo. Yehudi Menuhin (violinista famoso) que la oyó tocar en esa época, recuerda "la euforia que me produjo a mí y a todos los oyentes, a los que contagió de su alegría y embriaguez con la música".
En 1960 Jackie fue a tomar clases de perfeccionamiento nada menos que con los tres primerísimos violonchelistas del mundo: en Zermatt (Suiza) recibió lecciones de Pau Casals, pasó varios meses en París con Paul Tortelier y unos meses más con Rostropovich, en Moscú. Después regresó a Londres a proseguir su formación con el profesor Pleeth.

Su debut profesional fue en la sala Wigmore de la capital británica, a los dieciseis años. Ocurrió una anécdota y es que durante el primer movimiento de la Sonata de Haendel la cuerda en La de su instrumento se empezó a aflojar, desafinando. No se inmutó y lo comunicó al auditorio, volviendo a empezar. El público la aplaudió con simpatía y entusiasmo.
En Marzo de 1962 en el Royal Festival Hall, Jackie interpretó por vez primera el difícil concierto de Elgar acompañada por la Orquesta Sinfónica de la BBC y dirigidos por Rudolph Schwarz, causando el asombro de críticos y público. De todas las obras que figuraron en su repertorio, fue sin duda este concierto el que confirmó su supremacía como ejecutante de excepcional talento. Su grabación discográfica realizada el 1965 con la London Symphony Orchestra bajo la dirección de sir John Barbirolli, es considerada histórica. Para este registro utilizó el Stradivarius llamado "Davidov" de 1712, regalo de una admiradora y de su madrina, Ismena Holland.
Repitió su éxito en Nueva York en 1965 y en Rusia un año después. Ese mismo año viajó más de 60.000 kilómetros, tocando con 12 orquestas diferentes y adquiriendo rápidamente fama internacional. Recordemos que tenía sólo veinte años.

Jacqueline triunfó en Rusia, donde ya había estado para recibir lecciones de Rostropovich


En una fiesta de la Navidad de 1966, Jackie conoció al pianista y director de orquesta israelí Daniel Barenboim que entonces tenía 24 años. Fue un amor a primera vista pero en lugar de ponerse a hablar, ambos se pusieron a tocar el chelo y el piano respectivamente con una obra de Brahms.


En 1967 viajaron ambos a Israel dando conciertos para elevar la moral nacional durante el estado de sitio anterior a la Guerra de los Seis Días. Acabada la guerra, los casó un rabino en Jerusalen, después de que Jackie se convirtiera al judaísmo.


A partir de entonces, viajaron constantemente, tocando y haciendo grabaciones en disco, juntos siempre que les era posible y disfrutando del profundo amor por la música y del sentido del humor y diversión que compartían.



En el año 1971, cuando se disponía a tocar el Doble Concierto de Brahms con el violinista Pinchas Zukerman, en el Carnegie Hall de Nueva York bajo la dirección de Baremboin, sintió que se le entumecían los dedos. "Era espantoso estar ahí, en el escenario y no saber a donde íban mis dedos, era como dirigirme a la guillotina" contó más adelante Jackie. Regresó a Londres para someterse a unos estudios y pasado un tiempo de angustiosa incertidumbre, se le hizo el diagnóstico de esclerosis múltiple. Tenía sólo veintiseis años.

Durante unos dos años hubo períodos de remisión en los cuales pudo tocar algunos conciertos y hacer algunas grabaciones. En 1973 se anunció que su carrera de violonchelista había llegado a su fin y se cancelaron todos sus compromisos futuros.



Un quinteto excepcional e histórico. De izquierda a derecha: Itzhak Perlman, Daniel Barenboim, Jacqueline Du Pre, Zubin Mehta y Pinchas Zukerman.

A la depresión y fustración profunda que la embargaron por no poder tocar más el violonchelo y quedar en una silla de ruedas a medida que la enfermedad progresaba, siguió una época de nuevas actividades aconsejadas por su neurólogo para que encauzara su energía artística en todas las direcciones que le fuese posible. Empezó a dar clases a alumnos avanzados de chelo, asistía a conciertos, hacía joyería y se dedicaba a la lectura y escribír poesía.

El interés de Jackie por los demás enfermos de esclerosis múltiple hizo que junto con su marido crearan el "Fondo de Investigación Jacqueline Du Pre" en 1978 con el fin de estimular y financiar las investigaciones sobre la enfermedad.

Barenboim cuidó de Jackie con cariño, la llamaba casi a diario cuando estaba de gira, la volvió a subir a los escenarios en varias ocasiones como narradora de Pedro y el Lobo de Prokofiev y El Carnaval de los Animales de Saint Saëns, y aunque siempre la quiso, en los últimos años vivió en París acompañado de la pianista Elena Bashkirova, con quien tuvo dos hijos y se casó en 1988.



Parque de Saint James, en Londres. La mayor parte de su vida Jackie vivió en esta ciudad.

La terrible enfermedad consumió a Jackie durante quince interminables años, gradualmente la privó del uso de las extremidades, del control muscular, de gran parte de la vista y en los últimos meses del habla. Su antiguo profesor William Pleeth que acostumbraba a visitarla con frecuencia para charlar con ella y animarla cuenta así "Aún en estas circunstancias daba más de lo que recibía. Su sentido del humor a lo largo de este penoso período fue verdaderamente asombroso, se permitía muy pocas lágrimas." Soy una persona sumamente afortunada, dijo Jackie en una ocasión, he tenido una vida muy rica y plena, de manera que no puedo reflejar ninguna amargura. Al mirar hacia atrás, me da un gusto enorme lo que pude hacer".

Murió el 19 de octubre de 1987, a los 42 años y fue enterrada en el Cementerio Judío de Golders Green. Dejó su violonchelo Stradivarius "Davidov" al chelista Yoyó Ma.

"Fue una de las más grandes instrumentistas que haya dado Gran Bretaña, está al mismo nivel de Casals, Rostropovich y Tortelier, todos ellos chelistas que han logrado que sus instrumentos canten y hablen al público", escribió el crítico Michael Kennedy.

Jacqueline du Pre fue objeto de muchos honores, incluso el de Oficial de la Orden del Imperio Británico en 1976, grados honoríficos de siete universidades y el Premio al Músico del Año en 1980.




A continuación vemos a Jacqueline Du Pre en el Quinteto "La Trucha" de Franz Schubert. La acompañan Barenboim, Perlman, Mehta y Zukerman.




En el segundo vídeo, podemos verla interpretando el concierto para violonchelo de Elgar, la obra de la que hacía una interpretación tan extraordinaria que causaba la admiración de Rostropovich.



4 comentarios:

Anónimo dijo...


muy lindo el post sobre esta gran chelista. solo son de lamentar los "laismos" del texto ...

cordiales saludos

ricardo

Anónimo dijo...

Una gran tristeza, perder a alguien así, que ama con su corazón la música. Se nota que lo expresa desde el alma.
Descansa en paz
Al menos pudo disfrutar cuando pudo

Anónimo dijo...

¿Innumerables laísmos? Por favor...
Solo he visto uno "la compraran uno". No creo yo que eso sean "innumerables"

juancarlos dijo...

Estimados: Jaquelin me abrio un mundo nuevo, el de la música de cámara y por sobre todas las cosas, el sonido de Violonchelo, que en sus manos era otra cosa.
Siempre fui Sinfonista y los sonidos del piano,pero Jaquelin con su Chelo, me llevo a encontrar, la música casi recoleta, de cámara.
Por esa razón le estoy agradecido y lamento su final, que no se condice con su alegría y su sonrisa.
Juan Carlos