19 julio 2008

El Festival de Bayreuth ( 2 )

En la década de 1920, Winifred Wagner (que dirigió el festival tras la muerte de su marido Siegfried en 1930) se convirtió en seguidora y amiga cercana de Adolf Hitler. Gracias a esta amistad, el festival mantuvo su independencia artística durante el Tercer Reich, mientras que otros teatros fueron políticamente instrumentalizados. Irónicamente, Hitler asistió a representaciones que incluían cantantes judíos y extranjeros, mucho después de que se les prohibiera actuar en todos los teatros germanos. La influencia de Winifred sirvió incluso para que Hitler escribiese (a petición de ella) al director anti-fascista italiano Arturo Toscanini, pidiéndole dirigir el festival, a lo cual Toscanini se negó. De 1933 a 1942 el director fue casi siempre Karl Elmendorff.


Precisamente durante el Tercer Reich el festival rompió con la tradición por primera vez, abandonando las deterioradas composiciones del siglo XIX ideadas por Wagner. Hubo muchas protestas, también de prestigiosos directores como Toscanini y Richard Strauss y de familiares del mismo Richard Wagner. Para muchos, cualquier cambio era una profanación de la herencia dejada por "El Maestro" (Wagner). A pesar de todo, Hitler aprobó los cambios, facilitando el camino a posteriores innovaciones que se darían en las próximas décadas.
Los bombardeos aliados destruyeron alrededor de dos tercios de Bayreuth, aunque afortunadamente el teatro quedó intacto. Al terminar la guerra, Winifred Wagner se vio obligada a dejar la dirección del festival acusada de colaboracionismo con el partido y el régimen nazi. Los activos del Festival de Bayreuth y su dirección recayeron en sus dos hijos, Wolfgang y Wieland. Las representaciones se reanudaron en 1951 después de un periodo en el que sirvió de teatro para soldados norteamericanos.

La casa de Richard Wagner en Bayreuth. La llamó "Wahnfried"

Bajo la dirección de Wieland Wagner, el "Nuevo Bayreuth" se envolvió en una nueva era, revolucionaria en muchos aspectos. Quedaron atrás todos los elaborados decorados naturalistas, que dejaron paso a nuevos montajes de corte minimalista. En comparación, los cambios de entreguerras parecían insípidos y convencionales. Por primera vez en su historia, el público abucheó al finalizar las representaciones. Wieland fue especialmente criticado por la producción de Die Meistersinger de 1956. Muchos críticos conservadores lo vieron como una humillación de lo que era "sacra tradición germánica".
Wieland defendía los cambios como un intento de crear un "escenario invisible" que permitiría a la audiencia experimentar todos los aspectos psicosociales del drama sin las distracciones de los elaborados decorados. También se ha especulado con que desnudando las obras de Wagner de sus elementos históricos y germánicos, Wieland intentaba distanciar el festival de su pasado nacionalista y crear nuevas producciones con un atractivo universal. Con el tiempo, muchos críticos llegaron a apreciar la belleza única de las reinterpretaciones que Wieland hizo de las obras de su abuelo.

Wagner sentado al piano y Luis II detrás escuchando

Las innovaciones de Wieland dieron lugar a comparaciones con las que en su día introdujo su hermano Wolfgang, que fueron unánimemente tachadas de poco inspiradas por la crítica. Si las de Wieland eran radicales, las de Wolfgang eran "regresivas". Aunque minimalista en principio, los montajes de Wieland resucitaron muchos de los elementos románticos y naturalistas de las producciones pretéritas. Así, la prematura muerte de Wieland en 1966, dejó a muchos con dudas sobre el futuro del festival. Se empezó a cuestionar la hegemonía de Bayreuth sobre el resto de óperas alemanas, y se llegó a sugerir que se trasladaran producciones nuevas y más interesantes a otras ciudades.
El Nuevo Bayreuth fue una época que brilló especialmente por un alto nivel canoro y directorial nunca visto, con directores de la talla de Hans Knappertsbusch, Wolfgang Sawallisch, André Cluytens, Clemenss Krauss, Joseph Keilberth o Herbert von Karajan y cantantes épicos como Wolfgang Windgassen, Jon Vickers, Astrid Varnay, Birgit Nilsson, Martha Mödl, Hans Hotter, Gustav Neidlinger, Hermann Uhde, George London o Josef Greindl.
En 1973, superado por abrumadores críticas y disputas familiares, el festival y sus activos fueron transferidos a una recién creada Fundación Richard Wagner, cuyo consejo de dirección incluía a miembros de la familia Wagner además de otros nombrados por el estado. Wolfgang Wagner conservó la presidencia de la administración; su idoneidad para el cargo nunca ha sido cuestionada.


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La sala del Festspielhaus posée una acústica y carácterísticas excepcionales y se asemeja a los antiguos teatros griegos.

Mientras Wolfgang Wagner continuaba administrando el festival, a principios de los setenta, la producción de las obras pasó a manos de una serie de nuevos directores, que Wolfgang bautizó Werkstatt Bayreuth (El taller de Bayreuth). La producción más exítosa del Werkstatt Bayreuth fue el Ciclo centenario del Anillo, bajo la dirección del francés Patrice Chereau. Chereau utilizó un montaje del S.XIX renovado, siguiendo la interpretación de George Bernard Shaw, que veía El Anillo como una obra de carácter social sobre la explotación de la clase obrera por los ricos capitalistas del S.XIX. La audiencia se vio dividida entre aquellos que consideraron la obra una ofensa y aquellos que la consideraron como el mejor ciclo del Anillo jamás producido. La polémica no tenía precedentes en la historia del festival. Las actuaciones por el contrario, fueron aclamadas como una de las mejores jamás vistas en la historia de la ópera.



Otros grandes directores que participaron en el Werkstatt Bayreuth fueron Jean-Pierre Ponnelle de la Ópera de París, Sir Peter Hall de la Royal Shakespeare Company y la pareja formada por Götz Friedrich y Harry Kupfer, ambos de la Ópera Estatal de Berlín en la antigua RDA. Finalmente, la decisión de Wolfgang de rejuvenecer Bayreuth con directores experimentales ha restablecido sin duda la reputación del festival como el líder mundial en la ópera wagneriana.
El festival sigue bajo la dirección de Wolfgang Wagner, que no renunció a ello a pesar del apoyo de los 21 miembros del Consejo de directores a su primogénita Eva Wagner-Pasquier en 2001. Wagner planea traspasar la dirección a su segunda hija, Katharina, y a su segunda mujer, Gudrun.
A pesar de las luchas internas por su control, el festival sigue atrayendo miles de visitantes cada verano. La demanda (unas 500.000 peticiones) supera con creces la oferta (60.000 entradas); el tiempo de espera es de entre 5 y 10 años, con ciertas excepciones para donantes del Festival, mecenas famosos del mismo y entusiastas del Maestro.

Fuente: Wikipedia


Ver a través de Internet, Programas e información sobre el Festpielhaus en su página oficial AQUI

Escuchar por la radio

Como todos los veranos Radio Clásica de Radio Nacional de España retransmitirá en directo la primera función de todas las representaciones, audición que podrá seguirse a través de Internet a todo el mundo.

Mas información sobre el Festival de Bayreuth en Wagnermanía

A continuación podemos ver los siguientes vídeos:

Cheryl Studer en Lohengrin, Bayreuth 1991.
Bayreuth 1976, producción famosa de Pierre Boulez y Patrice Chereau: El Oro del Rhin; final de La Walkiria; Sigfried "murmullos de la selva".
Final de Parsifal año 1998, dirigida por G. Sinopoli.

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