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01 enero 2012

Feliz Año Nuevo 2012


Empezamos un nuevo año y para hacerlo con optimismo y renovadas fuerzas, nada mejor que escuchar el concierto que nos ofrece la Orquesta Filarmónica de Viena, con bonita y alegre música, chispeante y bulliciosa como una copa de champán.

Ver en directo el Concierto de Año Nuevo,  por la Orquesta Filarmónica de Viena:

RTVE- Transmisión desde la Musikverein de Viena, día 1 de enero a las 11'15 AM (Hora de España)  AQUI

Escuchar por Radio Clásica:  AQUI


Programa y algunos vídeos del Concierto Año Nuevo 2012

Johann STRAUSS/Josef STRAUSS: Marcha patriotic. Johann STRAUSS: Rathausball-Tänze, Op. 438 (vals). Entweder-oder¡ Op. 403 (Polka) (de Der lustige Krieg). Tritsch-Tratsch, Op. 214 (Polka). ZIEHRER: Gente de Viena, Op. 419. Johann STRAUSS: Albion Polka, Op. 102. Josef STRAUSS: Künstler-Gruss, Op. 274 (Polka). Johann STRAUSS: Alegraos de vivir, Op. 340 (vals). Johan STRAUSS (padre): Sperl, Op. 42 (Galop). LUMBYE: Ferrocarril a vapor (Galop). Josef STRAUSS: A prueba de fuego, Op. 269 (Polka). Eduard STRAUSS: Carmen-Quadrille, Op. 134. CHAIKOVSKY: La Bella Durmiente, Op. 66: Panorama. Vals. Johann STRAUSS / Josef STRAUSS: Pizzicato Polka. Johann STRAUSS: Marcha persa, Op. 289. Josef STRAUSS: Amor ardiente, Op. 129 (Polka-Mazurca). Delirios, Op. 212 (Vals). Johann STRAUSS: Bajo los truenos y relámpagos, Op. 324 (Polka). Tik-Tak, Op. 365 (Polka) (de El Murciélago. Orq. Fil. de Viena. Dir.: M. Jansons.



30 diciembre 2011

El Concierto de Año Nuevo



Das Neujahrskonzert der Wiener Philharmoniker, es un concierto de la Orquesta Filarmónica de Viena, que tiene lugar cada año en la mañana del 1º de enero en la Sala Dorada de la Musikverein de Viena (Austria). Es transmitido por radio y televisión para una audiencia potencial estimada en 1.000 millones de personas en 54 países. El mismo programa se interpreta también el 30 de diciembre ("ensayo general") y el 31 de diciembre como "Concierto de San Silvestre" (Sylvesterkonzert).
La sala del Musikverein aparece engalanada con hermosas flores que son ofrecidas como regalo por la ciudad de San Remo, en la Riviera Italiana.
La música que lo compone pertenece casi toda a la familia de los Strauss: Johann I, sus hijos Johann II, Josef y Eduardo, aunque también se incluyen obras de autores de famosas operetas y valses, como Franz von Suppé, Offenbach, Lanner y otros. Los espectadores de televisión gozan además de varios números de ballet que acompañan a algunas piezas musicales.

En 1863 la Gesellschaff der Musikfreunde (Sociedad de Amigos de la Música), melómanos auténticos, decidieron encargar una nueva sala de conciertos que causara admiración y fuese a la vez un templo para escuchar música, al arquitecto danés Theophil von Hansen y que sería edificada en unos terrenos donados por el Emperador Francisco José I. Hansen, de estilo neoclásico, era autor de otros importantes y magníficos edificios, como el Parlamento y el Palacio de la Bolsa, en Viena y la Academia de Athenas en esta ciudad griega.

Se inauguró el 6 de Enero de 1870 y al poco tiempo, el edificio recibió el nombre de "Musikverein" que significa "club de música". El deseo de la Gesellschaff se cumplió, pues posiblemente es la sala de conciertos más bella que existe, inspirada en los modelos arquitectónicos de la Grecia clásica, con columnas,cariátides y relieves, esculturas de Franz Melnitzky, una maravillosa decoración en oro y marfil en todo el recinto y preciosas arañas de cristal que penden del techo que tiene hermosas pinturas de August Eisenmenger.

La goldener Saal (Sala dorada) mide 48 metros de longitud, 19 de anchura y 18 de altura y cuenta con 1.744 asientos y 300 plazas de pie. Además, es famosa por la excelente calidad de su acústica, que la sitúa entre las mejores salas del mundo y que fue el resultado de numerosas coincidencias no buscadas, como su diseño rectangular, las proporciones ideales, el recubrimiento de madera, el espacio hueco bajo el suelo de madera, que actúa como caja de resonancia, el falso techo, también de madera, colgado del forjado y otros factores.


El Concierto se celebró por primera vez el 31 de diciembre de 1939 (con un ensayo público el dia anterior), como "concierto extraordinario" (Außerordentliches Konzert), dirigido por Clemens Krauss. En este caso sólo se interpretaron obras de Johann Strauss (hijo), y concluyó con la obertura de Die Fledermaus. El siguiente concierto tuvo efecto el 1 de enero de 1941, recibiendo ya el título definitivo de "Concierto de Año Nuevo". Krauss se hizo cargo de la dirección del mismo cada año hasta su muerte, salvo dos en los que que cedió la batuta a Josef Krips. A partir de 1954 Willi Boskovsky, primer violín de la orquesta de 1936 a 1979, se encargó de dirigir el concierto durante 24 años hasta su retiro.


Boskovsky dirigía la música de Strauss al estilo del Vorgeiger, es decir, dirigiendo la orquesta con el violín tal como Johann Strauss popularizó con sus valses, polkas y otras composiciones junto con su rival Josef Lanner en los primeros años del siglo XIX.
Boskovsky era muy afín al estilo de los Strauss, y sus interpretaciones de esta música tenían la ligereza, la gracia sencilla y el sutil humor que permiten obtener lo mejor de estas obras. Además, se creaba una corriente de simpatía entre él, la orquesta y el público que dificilmente ha sido superada por otros directores.
En 1958, Boskovsky introdujo la tradición de acabar el concierto con El Danubio Azul y la Marcha Radetzky. Tras su retirada, en 1979, tomó su lugar Lorin Maazel entonces director de la Ópera Estatal de Viena. En 1987, la orquesta invitó a dirigir el concierto a Herbert von Karajan, y a partir de entonces se decidió que cada año sería invitado un director distinto.

La duración es de unos 90 minutos con una pausa entre la primera y segunda parte y empieza puntualmente a las 11,15 AM hora europea. Al acabar es costumbre conceder dos o tres piezas breves de propina, que suelen ser polkas o marchas. Después, el Director y los músicos desean conjuntamente a todo el público y espectadores ¡¡PROSIT NEUJAHR!! (Feliz Año Nuevo) para concluir según la tradición, con el vals de El Danubio Azul de Johann Strauss hijo, seguido de la Marcha Radetzky, de Johannn Strauss padre. Durante esta última obra, la audiencia aplaude al compás y el director se vuelve para dirigirla, durante breves instantes.



Debido a la gran demanda de localidades para asistir a este concierto, las entradas se adjudican por un sorteo. Desde el dia 2 hasta el 23 de enero de cada año, los interesados presentan su solicitud en la página web de la Filarmónica de Viena, especificando si desea asistir al concierto de Año Nuevo (1 de enero), al de San Silvestre (31 de diciembre) o al Ensayo General (30 de diciembre), todos con los mismos intérpretes y programa.
Una vez concluido el periodo de solicitud se realiza el sorteo y se comunica a los agraciados el resultado. Los precios de las localidades para el concierto de 2012 oscilan entre los 30 y los 940 euros para el concierto de Año Nuevo, o entre 130 y 380 para el ensayo general.
Pero no pensemos que es un deseo casi imposible de lograr, todavía queda alguna posibilidad, pues algunas agencias de viajes ofrecen viajar a Viena, con estancia en hotel de lujo y entradas para asistir al Concierto al precio de unos 3.000 euros.

Nosotros tendremos que conformarnos con verlo en la vieja televisión de plasma, aunque, eso sí, saboreando una copa de buen cava, mientras en la chimenea arden unos troncos de encina y por la ventana se ven caer lentamente gruesos copos de nieve.

Solicitud de entradas para el Concierto Año Nuevo AQUI

Página oficial de la Orquesta Filarmónica de Viena AQUI

Ver el Concierto por RTVE en directo el día 1 de enero a las 11'15 (hora de España) AQUI



Directores del Concierto de Año Nuevo

Clemens Krauss, 1939, 1941–1945, 1948–1954
Josef Krips, 1946, 1947
Willi Boskovsky, 1955–1979
Lorin Maazel, 1980–1986, 1994, 1996, 1999, 2005
Herbert von Karajan, 1987
Claudio Abbado, 1988, 1991
Carlos Kleiber, 1989, 1992
Zubin Mehta, 1990, 1995, 1998, 2007
Riccardo Muti, 1993, 1997, 2000, 2004
Nikolaus Harnoncourt, 2001, 2003
Seiji Ozawa, 2002
Mariss Jansons, 2006, 2012
Georges Prêtre, 2008, 2010
Daniel Barenboim, 2009
Franz Welser-Möst, 2011-2013

Hemos preparado un Concierto de Año Nuevo "a la carta", con un formato y duración similar al original, y en donde podremos ver la actuación de distintos directores:
Willi Boskovsky, Zubin Metha, Lorin Maazel, Claudio Abbado, H. von Karajan, Carlos Kleiber, Riccardo Muti, Georges Preté, Mariss Jansons y Eric Leinsdorf.

18 diciembre 2009

Johann Strauss: Die Fledermaus ( 1 )


Johann Strauss II era el rey indiscutible de la música de baile en la corte vienesa del Emperador Francisco José. A pesar de su gran popularidad como compositor de valses no se había sentido nunca inclinado a la creación de una obra para la escena. Según parece, fue Jacques Offenbach, alemán de nacimiento y afincado en París como señor de la opereta francesa, quien durante una visita a Viena en 1865, recomendó a Strauss hijo que se dedicara a la composición de operetas.

Los teatros autriacos, cansados de depender de las comedias musicales importadas de Francia cuyos derechos a pagar eran enormes, requerían con urgencia que un compositor de Austria dedicara sus esfuerzos a la escena lírica ligera. Pero fue la primera esposa de Strauss, la mezzosoprano Henrietta "Jetty" Treffz quién, con evidente instinto comercial, convenció finalmente al músico de lo provechoso del asunto.



Su primera opereta fue Die Lustigen Weiber von Wien (Las alegres comadres de Viena) escrita en 1868 y que no llegó a estrenarse. Más adelante compuso Indigo und die vierzig Räuber (Índigo y los cuarenta ladrones, (sobre temas orientales de Las mil y una noches) y Der Karneval in Rom (Carnaval en Roma) que se estrenaron con cierto éxito en 1871 y 1873 respectivamente.

El libreto de Die Fledermaus (El murciélago) fue redactado por Carl Haffner y Richard Genée sobre dos fuentes, un exitoso vodevil francés de Henri Meilhac y Ludovic Halévy, frecuentes libretistas de Offenbahc, titulado Le Réveillion (La Nochebuena) y por otro una obra de teatro alemana, Das Gefàngnis (La prisión) de Julius Roderich Benedix.

El director del famoso Teather an der Wien, el húngaro Max Steiner, había adquirido los derechos de la obra francesa por una considerable suma de dinero, sin ocurrírsele que tal vez el Arzobispo de Viena pondría reparos a que se escenificara una comedia en la que se celebraba un extravagante baile en Nochebuena, víspera de la Natividad del Señor. El editor Gustav Lewy, amigo de Steiner, aconsejó: "Cambia la acción a cualquier otro día del año y dale el libreto a Strauss". Se hizo de esta manera y el compositor quedó entusiasmado con el texto. La historia, probablemente apócrifa, cuenta que bastaron seis semanas de retiro en su casa de las afueras de la ciudad, para que Strauss concluyera la partitura de la que habría de ser su obra más importante.


Die Fledermaus (El Murciélago) se estrenó triunfalmente el 5 de Abril de 1874, en el famoso Teather an der Wien, donde también habían estrenado obras Beethoven y Schubert.
Ciertamente el texto es de una calidad deslumbrante para el género, y bajo la pátina superficial del entretenimiento ligero y alegre podemos descubrir todo un comentario crítico con la alta burguesía de la época.
Resulta sorprendente que, mientras en otros países los tiempos se rigieran por un estricto código moral en lo que respecta a los roles sociaes y sexuales, la corte vienesa permitiera la exhibición pública de una comedia en la que se celebra de manera tan abierta la libertad sexual "Chacun à son goût!", los entretenimientos lúdicos, la "bella chispa divina" del alcohol y la "joie de vivre". Es escasamente imaginable que una obra semejante, a no ser que se hubiera tamizado hasta lo irreconocible en la censura, se representara, por ejemplo, en la contemporánea Inglaterra de la reina Victoria o en la España de la Restauración.

Para empezar, Rosalinde, en apariencia la abnegada esposa de Gabriel von Eisenstein, ofrece tan sólo una débil resistencia a la tentación de Alfred, su antiguo pretendiente, que sabe derretirla con el solo timbre de su voz. Aunque con tal de guardar las apariencias no tiene reparo en instarle a hacerse pasar por su marido cuando el director de la prisión, Frank, les sorprende en pleno tête-à-tête, en el momento en que viene a llevarse a Eisenstein para que cumpla su arresto de ocho días por desacato a la autoridad.

Eisenstein, por su parte, es un conocido juerguista que alardea tranquilamente ante sus amistades de las innumerables conquistas (ciertas o nó)) que su infalible talismán -su reloj musical de bolsillo- le ha propiciado. Pero sus chanzas le van a costar caras, y su amigo el socarrón Dr. Falke planea su venganza por la ocasión en que, regresando de una correría carnavalesca, Eisenstein vestido de mariposa y él de murciélago, lo dejó abandonado por la mañana medio borracho en medio del campo, teniendo que buscar el camino a casa a pleno día agitando las alas postizas por toda la ciudad, sufriendo las burlas de chiquilos y paseantes.

Para llevar a cabo la "venganza del murciélago", Falke reunirá en casa del príncipe Orlofsky a Frank el director de la prisión donde Eisenstein debía haber ingresado a cáusa de un incidente, a Adele la doncella de su casa y como guinda al pastel a su propia esposa, Rosalinde, que con una máscara se hace pasar por una enigmática condesa húngara y con la cual Eisenstein, sin reconocerla, flirtéa toda la noche.



La fiesta del segundo acto ocupa un espacio central en la obra en el que todo se torna apariencia y todo puede suceder. Eisenstein es el marqués Renard, el director Frank es el caballero Chagrin ¡gran ironía!, Adele se transforma en la glamurosa señorita Olga y Rosalinde engaña a todos con su máscara. La fiesta se celebra en casa del príncipe Orlofsky, una suerte de play boy pionero, un noble joven y rico que se aburre con sus millones y ha olvidado cómo réir.

El plan del Dr. Falke, empapado en el alegre champán , "el rey de los vinos", y arrebatado por la confusión del baile, culminará con éxito absoluto a la mañana siguiente en la prisión, donde todas las apariencias -o casi - se disolverán en una escena colectiva de reconocimiento. Eisenstein, que se había hecho pasar por el abogado Blind para interrogar a su propia esposa y al tenor Alfred, a quien cree su amante -¡qué irónico que el adúltero se enfurezca porque le paguen en su misma moneda!-, tendrá que cumplir sus ocho días en prisión: la venganza del murciélago se ha llevado a feliz término.

La música es tan deslumbrante como el texto, si no más, y resulta de una alegría chispeante desde la misma obertura, conocidísima pieza tocada con frecuencia en concierto, que recoge los temas musicales fundamentales del resto de la obra. Estos, evidentemente, están inspirados en el mundo de los valses, las polkas y la música ligera. (Continúa)

Obertura de "Die Fledermaus". Orquesta Filarmónica de Viena. Director Herbert von Karajan 1987

15 diciembre 2009

Johann Strauss: Die Fledermaus ( 2 )


La obra se estructura en dieciseis números musicales cerrados, entre los que se va intercalando el diálogo, que en la práctica teatral se entremezcla con toda suerte de "morcillas" musicales y textuales para adecuarla al gusto del momento.
Entre los insertos de "El murciélago" se encuentran, por ejemplo, citas en clave humorística de otras óperas y operetas. También es tradición incluir unas cuantas sorpresas como parte de la fiesta del segundo acto, cuando el champán va haciendo efecto. Entre ellas se cuenta la interpretación de polkas o valses del propio Johann Strauss en las que participa el cuerpo de baile del teatro e incluso los mismos personajes de la comedia, y es frecuente que los fastos se coronen en los grandes teatros con la intervención de alguna figura no anunciada de especial relevancia: un aria de ópera u opereta, o una canción popular cantada por un famoso tenor o soprano.



ACTO I

Una habitación en la casa de Eisenstein. A través de la ventana se oye una voz que canta amor a Rosalinde, la señora de la casa, casada con Gabriel von Einsestein. La voz pertenece a su antiguo pretendiente Alfred, desolado por su reciente matrimonio. Aparece tarareando en escena Adele, la doncella, que ha recibido una carta de su hermana Ida, invitándola a la fiesta que dará esa noche el joven príncipe Orlofsky en su villa. Entra Rosalinde preguntando si ha regresado su marido. La doncella rompe en sollozos y se lamenta de que su pobre tía está enferma, y dice tener que ir a verla con urgencia. Rosalinde se niega a dejarla ir: su marido tendrá esa misma tarde que ir a prisión a cumplir cinco días de arresto por pelearse con un guardia en plena calle. En ese momento entra Alfred en la casa. Ella le detiene asegurando que es una mujer casada, y le pide que se vaya. Alfred sólo aceptará si ella promete recibirle una vez que su esposo se haya ido. Rosalinde consiente y Alfred se marcha encantado.
Entra Eisenstein discutiendo con su abogado tartamudo, el Dr. Blind, por cuya ineficiencia habrá de cumplir ocho días de arresto en vez de cinco. Adele anuncia la visita del Dr. Falke, amigo de correrías de Eisenstein. Cuando Rosalinde desaparece de la habitación Falke desvela el verdadero propósito de su visita: viene a inviarle al baile que da en su casa el prícipe Orlofsky. Su esposa no tiene por qué enterarse. Eisenstein acepta casi enseguida la jugosa invitación. Ambos bailotean alegremente cuando entra Rosalinde, que se sorprende de su comportamiento. Eisenstein se retira a su habitación a vesirse y Falke se despide. En previsión de la visita de Alfred, Rosalinde le dice a Adele que ha decidido darle la tarde libre. Eisenstein reaparece vestido con su frac ante el pasmo de su esposa y su doncella. Los tres se despiden entre sí con aparente tristeza.



Entra Alfred, que toma posesión de inmediato de la casa,vistiéndose con el batín de Eisenstein, e invita a su amada con una canción a que beba con él. Rosalinde, vencida por su voz, se une a la música. Sorprendiendo a ambos en medio de su alegre dúo Entra Frank, el director de la prisión que viene a escoltar personalmente a Eisenstein a su "retiro". Rosalinde, azorada, reponde que su marido no está en casa. Alfred sigue canturreando alegremente, e invita con la mism canción a Frank a que beba con ellos. Frank, quien ha deducido que el alegre personaje debe de ser Eisenstein, se une a la canción. Rosalinde está avergonzada, e implora a Alfred con susurros que debe aparentar ser su marido. Rosalinde se dirige a Frank asegurando que el hombre con el que ha sido sorprendida en una actitud tan cotidiana no puede ser otro que su marido. Frank que no puede perder tiempo porque ha sido invitado a una fiesta, se apresura a partir con su preso.




ACTO II

En la villa del príncipe Orlofsky. Una alegre algarabía preside la fiesta que da el príncipe Alexander Orlofsky, que parece acompañado por el Dr. Falke. Éste promete a su ilustre amfitrión que hoy podrá reir a placer: le ha preparado un entretenimiento de primera magnitud, "La venganza del murciélago". Llega Adele a la fiesta, ataviada con un vestido robado del armario de su señora, a encontrarse con su hermana Ida, quien asegura no haberle enviado invitación alguna. Ida presenta a su hermana al príncipe como la señorita Olga, prometedora artista. El príncipe les da una billetera llena de dinero para que se lo jueguen. Falke revela que "Olga" es en realidad la doméstica del héroe de la historia.
El mayordomo del príncipe, Iván, anuncia la llegada del marqués Renard, que no es otro que Eisenstein bajo la falsa identidad de un noble francés. Orlofsky invita a Eisenstein a beber con él un vaso de vodka. En ese momento regresan Ida y Adele, que ya han dilapidado todo el dinero del príncipe. Eisenstein, sorprendido de encontrarse con Adele, le pregunta si siempre ha sido la "señorita Olga". Orlofsky anuncia a la concurrencia que el marqués ha confundido a una de las invitadas con su doncella. Todos ríen y Adele comenta lo gracioso de la situación.



Ivan, el mayordomo, anuncia la llegada del caballero Chagrin, que en realidad es el director Frank. Orlofsky celebra que dos compatriotas franceses se encuentresn en su fiesta. Frank y Eisenstein, que conocen apenas unas palabras de francés, se saludan amistosamente. Falke anuncia al príncipe que aún queda por llegar una condesa húngara que aparecerá enmascarada. Todos pasan a la estancia contigua. La misteriosa condesa es Rosalinde, advertida por Falke de que su marido ha ido a pasar la noche de juerga en la fiesta del príncipe. Eisenstein queda prendado de la misteriosa dama y decide utilizar su talismán infalible, su reloj musical, para seducirla. Ella decide entrar en el juego y acaba arrebatándole el reloj.

Vuelve Falke con el príncipe y los invitados, y la fingida condesa canta unas csárdás de su tierra para demostrar que es una auténtica húngara. El príncipe aplaude entusiasmado y afirma que el Dr. Falke iene reservado un chiste para la ocasión sobre un murciélago. Eisensein, partido de risa, dice que sólo él puede contarlo: una madrugada en que Falke y él regresaban de una farra nocturna, él disfrazado de mariposa y Falke de murciélago, lo dejó abandonado bajo un árbol, teniendo que regresar a casa a pleno día, expuesto a las chanzas del populacho. Desde entonces todos le conocen como el "Doctor Murciélago". Llaman a la cena y comienzan los entretenimientos, los brindis y los bailes. Tras el desenfreno, el príncipe pide orden y dan las seis de la madrugada. Frank y Eisenstein piden sus sombreros con mucha prisa: ambos tienen que llegar pronto a la prisión.



ACTO III

Entra el carcelero Frosch, que aprovechando la ausencia de su jefe ha bebido más de la cuenta, y oyendo la voz de Alfred desde la celda pide silencio. Aparece el director, vestido aún de traje y tambaleándose con una terrible resaca. Vuelve Frosch diciendo que hay dos damas en la puerta que preguntan por él. Son Adele y su hermana, que vienen a confesarle a Frank su verdadera identidad. Éste promete ayudar a Adele en su carrera artística. Frosch anuncia ahora la llegada de un caballero, y el director ordena al primero que oculte a las damas en una de las celdas. El recién llegado es Eisenstein, que viene a ingresar en prisión. Al encontrarse, Frank y él se saludan como viejos amigos. Frank se ve obligado a confesar que en realidad es el director de la cárcel y no el caballero Chagrin. El supuesto marqués, divertido, le revela a su vez que es Gabriel von Eisenstein. Frank se rie abiertamente: él mismo arrestó a Eisenstein en su propia casa el día anterior.
Llega Blind el abogado tartamudo y Eisenstein traza un plan: se disfraza con sus ropas para interrogar al sujeto que se hizo pasar por él. Frosch anuncia la llegada de Rosalinde y saca a Alfred de su celda. Eisenstein disfrazado interpela a Alfred y a su esposa, tratando de esclarecer lo ocurrido. Rosalinde dice que su marido ha pasado la noche de juerga con otras mujeres y que quiere el divorcio. Eisenstein, furioso, se da a conocer, afirmando ser él a quien han deshonrado. Rosalinde saca el reloj musical de Eisenstein como prueba.
Entonces aparecen en la puerta todos los invitados del baile riendo alegremente: todo ha sido una broma. Eisenstein, dispuesto a cumplir su arresto, cree en verdad que todo se ha preparado para reirse a su costa y pide perdón a su mujer: "La culpa la tuvo el champán". La venganza del murcielago se ha cumplido.





Selección de vídeos de "El Murciélago" (Die Fledermaus) de Johann Strauss II