Ante la proximidad del Día de Difuntos, de noviembre el mes de las Ánimas y como nó, de la celebración del popular Halloween, nos parece oportuno hablar sobre el libro Kytice del escritor checo Karel Jaromir Erben.
Conocido también como "El ramillete de flores" (A Bouquet of National Legends) , este libro que fue publicado en 1853 hace más de ciento cincuenta años, está considerado un clásico de la literatura.
Se trata de una colección de trece baladas, inspiradas a su vez en leyendas del folklore eslavo, escritas en hermosa forma poética y donde se mezclan la lírica, el misterio y el horror, con un fondo moralizante sobre los sentimientos y las relaciones humanas.
En uno de los relatos el autor nos cuenta la historia de una mujer incapaz de dar amor a su esposo, ya que de noche su alma mora en un sáuce del jardín. El marido finalmente corta el árbol, pero al hacerlo muere la esposa.
En otro, una joven reza a la Virgen que le devuelva el novio que ha muerto o le quite a élla la vida. Se oyen unos golpes en la ventana y aparece el difunto, la joven le sigue feliz y enamorada hasta que advierte que se hallan en el cementerio donde esperan otros difuntos para realizar con ella una macabra ceremonia ritual. Huye aterrorizada, refugiándose en una casita que resulta ser la morgue donde reposa un muerto. De milagro, consigue escapar del infernal acoso.
Kytice tuvo influencia en la literatura y se convirtió en fuente de inspiración para una serie de posteriores obras de arte. En 1972 se estrenó un musical sobre esta obra y en el año 2001 el cineasta F.A.Brabec rodó la versión fílmica de siete baladas de Erben.
El compositor Antonín Dvorak escribió varias obras vocales inspirándose el texto del libro Kytice. Entre enero y febrero de 1896 compuso Vodnik el primero de los cuatro poemas sinfónicos inspirados en las baladas de Karol Jaromir Erben, al que poco después siguió Polednice (La bruja del mediodia), Zlatì kolovrat (La rueca de oro) y Holoubek (La paloma del bosque).
Dvorak compuso su obra en forma de rondó, marcando siete temas principales a la vez que seguía fielmente el texto de Erben. El duende del agua se presenta con un tema a partir de tres notas repetidas que son vitales para toda la composición pues la mayoría de los otros temas empiezan con tres repeticiones. El tema de la hija trata de reflejar su inocencia, pero en realidad es el mismo del duende desarrollado en distinta forma. La habilidad de Dvorak se manifiesta en toda la obra, cambiando los temas de principal a secundario, invirtiendo el ritmo de las notas y tratando en todo momento de expresar los sentimientos de los protagonitas y el ambiente que les rodea.
Un duende del agua (espíritu maligno que arrastra a las personas hasta las profundidades) está sentado en un álamo junto al lago donde mora, entonando una canción a la luna mientras cose una chaqueta verde y unas botas rojas para su próxima boda.
En la aldea cercana, una joven se despierta temprano y coge su ropa para ir al lago a lavarla. La madre angustiada relata a su hija un extraño sueño que ha tenido, en el cual la ha visto vestida con túnicas blancas como la espuma de un remolino de agua y con perlas de lágrimas de profundo dolor igual que un collar alrededor de su cuello. Siente que este sueño es un presentimiento y advierte a la hija que no se acerque al lago.
A pesar del aviso, la joven se siente extrañamente atraída hacia allí y apenas moja su vestido en el agua se hunde el puente de madera y un remolino la engulle hacia el fondo. Secuestrada por el malévolo duende se ve obligada a casarse con él en una extraña y fastuosa ceremonia donde participan como caballeros y damas de honor cangrejos negros de río y peces plateados.
Pasado un tiempo, la joven ha tenido su primer hijo y le canta una melancólica canción de cuna donde expresa todo el dolor y tristeza que la consume por hallarse cautiva en aquel sombrío lugar donde no luce el sol. Esto enoja al duende, aunque élla procura calmarlo y a la vez le suplica que le permita volver a tierra para visitar a su madre. Él se resiste, pero finalmente la deja ir, con tres condiciones: No debe abrazar a nadie, ni siquiera a su madre, debe dejar a su hijo en el lago y por último tiene que regresar cuando toquen las campanas del crepúsculo.
Grande es la emoción y ternura con que se reencuentran madre e hija, aunque también esté presente el sufrimiento de ambas por el breve encuentro y la pronta separación impuesta por el duende. Al atardecer, la madre angustiada retiene a su hija y le prohibe regresar al lago.
Suenan las campanas de vísperas, la luz del día ya desaparece para dar paso a las primeras sombras de la noche. De pronto, suenan unos secos y fuertes golpes en la puerta de la casa y aparece el duende reclamando a su esposa para que le prepare la cena. La madre, con energía y coraje le replica que coma de lo que tiene. Regresa el duende por segunda y tercera vez, diciendo que se ha de hacer su cama y luego que el niño llora y tiene hambre. Responde la madre que traiga el niño con ellas.
El duende regresa al lago enfurecido y lleno de cólera enmedio de una impresionante tormenta. Se escucha el llanto desgarrador de un niño y después todo queda en calma.
Un rastro de sangre se escurre por debajo de la puerta de la casa donde están madre e hija y al abrirla se encuentran un pequeño cuerpo sin vida.
El duende regresa al lago enfurecido y lleno de cólera enmedio de una impresionante tormenta. Se escucha el llanto desgarrador de un niño y después todo queda en calma.
Un rastro de sangre se escurre por debajo de la puerta de la casa donde están madre e hija y al abrirla se encuentran un pequeño cuerpo sin vida.
Vodnik se estrenó en Londres el 14 de noviembre de 1896, bajo la dirección de Henry Wood,aunque se había ofrecido antes una interpretación semipública el 1 de junio en el Conservatorio de Praga, con el director Antonín Bennewitz.
Para su ejecución en Austria por La Orquesta Filarmoníca de Viena con el director Hans Ritcher, Robert Hirschfield pidió a Dvorak una descripción de la obra, y el compositor en una carta le envió esta respuesta:
Allegro vivace: El duende del agua (Flautas)
Andante sostenuto: La joven (clarinete) y su madre (violines) diciendo a la hija su mal sueño y advirtiendola de no ir al lago
Allegro vivo: La muchacha hace caso omiso de la advertencia (violines y oboes) y cae en el lago en poder del duende.
Andante: La miseria del mundo submarino.
Un poco piú lento e molto tranquilo: La joven canta una canción de cuna a su hijo (flauta y oboe).
Andante: El duende del agua le dice que deje de cantar y tienen una disputa.
Lento assai: La joven visita a su madre y tienen un triste reencuentro (violonchelo y trombón).
Allegro vivace: La tormenta en el lago, se oyen las campanas, los golpes en la puerta de la casa y finalmente, una fuerte explosión orquestal cuando el duente arroja el cuerpo sin vida del niño.
Andante sostenuto: croar de las ranas (picolo y flautas) la madre quejándose que el viernes fue un dia de mala suerte (corno inglés y clarinete bajo) angustia terrible de la madre (oboes, cellos y contrabajos) desaparición misteriosa del duende en la profundidad del lago.
Información para este artículo ha sido obtenida de Wikipedia.
Escuchemos Vodnik, El Duende de las Aguas de Antonín Dvorak
Para ver una serie de vídeos que nos relatan las baladas de Kytice en bellas imágenes AQUI