07 junio 2008

El Ballet: Coppélia



En 1863 Leo Delibes comenzó a trabajar para la Opera de París. Tres años más tarde se le presentó la primera oportunidad de escribir música para ballet. Le encargaron que colaborase con Minkus en la composición de "La Source" (La fuente). Esta obra se estrenó, con éxito, el 12 de noviembre de 1866 y la música compuesta por Delibes mereció calurosos elogios por su ingeniosa estructura y riqueza melódica. Poco después pidieron a Delibes que escribiese un "divertimento" para ser interpolado en el ballet de Adolph Adam "El Corsario", que los directores habían decidido volver a montar.

El éxito que obtuvo con esta obra le animó a componer su primer ballet importante: "Coppelia" o "La fille aux yeux d'émail" (La muchacha de los ojos de cristal).

El argumento está basado en uno de los "Cuentos" de Hoffmann, colección de relatos fantásticos y un clásico de la literatura alemana. El mismo tema inspiró también al compositor francés Offenbach su ópera titulada "Los cuentos de Hoffmann", cuyo segundo acto relata el episodio del doctor Coppélius y su muñeca animada, de quien se ha enamorado el joven Franz.


Opera de París "Le Grand Foyer" (Salón de descanso)

"Coppelia" se estrenó en la Opera el 25 de mayo de 1870; el libreto es de Charles Nuitter y Arthur Saint-León, la coreografía de este último y la decoración de Cambon, Despléchin y Lavastre. Con esta obra adquirió Delibes fama de ser uno de los mejores compositores de ballet (Tchaikovsky sentía admiración por él) y situó esta clase de música a mayor altura de lo que jamás estuviera.

El ballet se divide en dos actos y tres cuadros. La partitura consta de un preludio y veinte números musicales (el último de ellos es un divertimento).
Personajes principales: Los jóvenes Swanilda y Franz, el doctor Coppelius y su muñeca animada "Coppelia", los amigos y amigas de Franz y Swanilda.


ACTO I
Se levanta el telón y vemos la plaza, rodeada de viejas y típicas casas, de un pequeño pueblo en Alemania. Una de ellas es más hermosa que las otras y en uno de sus balcones se halla una bella muchacha, Coppélia, a la que se cree hija del viejo fabricante de juguetes, el Doctor Coppelius, un personaje misterioso. Franz un muchacho campesino, se siente atraído por Coppélia lo cual disgusta mucho a su novia, Swanilda. Aparece ésta en escena y saluda a Coppelia, pero al no obtener respuesta, empieza a bailar para atraer su atención. Swanilda se esconde al ver que se acerca Franz, éste cruza la plaza dirigiéndose a casa de su novia, más, de pronto se detiene y mira atrás, hacia la casa del fabricante de juguetes y al ver a Coppélia, le lanza un beso; ella se levanta algo vacilante y responde a su saludo. Swanilda que lo ha visto todo, sale furiosa de su escondite y finge indiferencia cuando se le acerca Franz, sin querer atender a las excusas que el joven le ofrece.

Se oye un sonar de trompetas y una alegre multitud irrumpe en la plaza, bailando una Mazurka. Cuando la animación es mayor, llega el Burgomaestre al que todos saludan respetuosamente y les anuncia que el Señor de la Villa ha regalado al pueblo una campana y que al día siguiente habrá una fiesta para celebrar este acontecimiento. Vendrá también un sacerdote para casar a todos los que están prometidos y el Señor dotará a las novias. El Burgomaestre pregunta a Swanilda si ,con ocasión de la fiesta, se casará con Franz, pero ella deniega con un gesto, coge un haz de trigo, se lo acerca al oído y dice al Burgomaestre y a sus amigas que el trigo murmura que Franz no le es fiel. Simulando que Franz no le interesa, Swanilda sugiere que sus amigas y ella bailen.



Al atardecer los campesinos se reúnen para bailar czardas, dispersándose todos al ponerse el sol. Al quedar la plaza desierta, la puerta de la casa de Coppélius se abre lentamente, el viejo sale con paso vacilante y cierra la puerta, lanzando una rápida mirada a Coppélia. Saca de su bolsilo un gran pañuelo con el que envuelve la llave. Unos campesinos que esperaban que el anciano saliera de la casa, se precipitan hacia él y le hacen dar vueltas y más vueltas hasta que en una de ellas la llave se le cae. Por fin Coppélius consigue escapar, marchándose agitado y furioso sin darse cuenta de la pérdida. Al poco llegan Swanilda y sus amigas que encuentran la llave: ¡Al fin tendrá la joven ocasión de enfrentarse a su rival! Las muchachas se acercan a la casa misteriosa, abren la puerta y desaparecen en su interior. Entonces Franz, creyendo que Swanilda ya no le ama y decidido a enamorar a Coppélia, trata de entrar también en la casa subiendo al balcón con una escalera, pero le sorprende Coppélius que lo echa enfurecido.



ACTO II - Escena I

Tras un breve entreacto en que se repite el vals de Swanilda, se levanta el telón, mostrándonos el taller de Coppélius. Entran las muchachas y contemplan las muñecas que semejan seres vivos. Swanilda ve un armario, se acerca dudosa y levantando la cortina que lo cierra, descubre a Coppélia. Le dirige cortésmente la palabra, más la muñeca permanece silenciosa, la toca entonces con suavidad, pero ella no se mueve. Swanilda dice alegremente a sus compañeras que Franz se ha enamorado de un simple e ingenioso juguete. Las jóvenes invasoras descubren el mecanismo de relojeria que pone las figuras en movimiento y muy pronto el taller ofrece un espectáculo asombroso: autómatas de toda forma y tamaño se mueven con rígidos ademanes.
De improviso la puerta se abre y en el umbral, consternado, aparece Coppélius. Se precipita en el taller, arrojando de él a todas las muchachas, excepto a Swanilda que se ha escondido en un rincón. Jadeante por el esfuerzo realizado, descorre la cortina para asegurarse de que su muñeca predilecta no ha sufrido daño alguno y tranquilizado, vuelve a correr la cortina.



Una escalera asoma por la ventana y pronto se ve la cabeza de Franz. El joven salta dentro de la habitación, explicando al indignado fabricante de juguetes que sólo desea ser aceptado como pretendiente de su hija. Entonces, al anciano se le ocurre una extraña idea y lo invita a beber, vierte unas gotas de narcótico en la copa y pronto Franz queda profundamente dormido. Swanilda que lo ha visto todo, se viste con el traje de Coppélia y tirando a la muñeca a un rincón, ocupa su lugar. Coppélius llega hasta allí y saca a la que él cree su amada Coppélia. Consulta un viejo volumen de fórmulas mágicas y comienza a realizar experimentos, intentando transmitir un soplo de la vida de Franz a su muñeca.
Swanilda decide engañar al viejo fingiendo adquirir vida. Poco a poco sus movimientos se hacen menos mecánicos, adquiriendo naturalidad y mientras Coppélius, entusiasmado redobla sus esfuerzos, baila un breve vals. Arrastrada por su propio ímpetu, Swanilda toma una espada y ataca a varias de las figuras. Coppélius ve con horror que dirige la espada hacia él y para evitar una desgracia le pone una mantilla en la mano con la esperanza de que baile un bolero, lo que así hace y después danza una animada "giga".

Se oyen trompetas lejanas que anuncian el amanecer del día de fiesta. Franz parece despertar y Coppélius cogiendo a Swanilda que el crée su muñeca, vuelve a colocarla en su sitio haciendo salir al joven por la ventana. Se oyen unos ruidos, Swanilda ha puesto en marcha a todos los autómatas para después salir corriendo. Coppélius encuentra a su Coppélia rota en un rincón y acercándose a la ventana ve alejarse a Franz y Swanilda cogidos del brazo. Comprende que ha sido burlado y engañado y cae desvanecido.


ACTO II - Escena II

Van llegando los campesinos que se reúnen para la fiesta en la plaza del pueblo. Se bendice la campana, pero la ceremonia se ve interrumpida por la aparición de Coppélius que pide una indemnización por todos los daños sufridos. Swanilda le pide perdón y el señor del castillo le da una bolsa con monedas de oro. Coppelius, ya más calmado, se retira. Comienza entonces la ceremonia de las bodas de los jóvenes que están prometidos, entre ellos Franz y Swanilda y se temina la fiesta con un espectáculo de distintas danzas.



A continuación podemos ver una lista de reproducción, con vídeos escogidos del ballet "Coppélia" del compositor Léo Delibes


6 comentarios:

Iserey Bastardo dijo...

Wow!! que belleza!!!

Anónimo dijo...

Que buano que hay blog como este!!! Muchas gracias
Lilyindil

Indilwen dijo...

Perdón, quise decir Que bueno!!!

Irene dijo...

Mil gracias por este articulo sobre Coppelia.El ballet a llegado a mi ciudad y he estado a punto de desaprovechar la oportunidad de verlo.Es una maravilla.

Anónimo dijo...

Buscaba información sobre el vestuario de coppélia y me ha servido , pero si me pudieran mandar fotos de la obra sería de gran ayuda ya que necesito hacer el vestuario de las protagonistas para una obra infantil, muchas gracias.

por favor a este email: celiayvictoria@hotmail.es

muchas gracias de antemano.

Classic Musica dijo...

Siento no poder ayudar más. Debereís guiaros por lo que dice el argumento y por las fotos y vídeos que he publicado. También podeis comprar el vídeo de la obra completa o buscar más vídeos en you-tube.
Un saludo.