03 junio 2013
Richard Strauss, Don Juan
El 11 de noviembre de 1889, Richard Strauss sorprendió al mundo musical dirigiendo el estreno de su poema sinfónico "Don Juan" en el Teatro de la Corte de Weimar. El propio compositor mostró cierta incredulidad ante el clamoroso triunfo obtenido escribiendo: "Bueno, Don Juan fue un gran éxito, sonó maravillosamente y fue muy bien. Desató una tormenta de aplausos poco usual para Weimar".
La obra se convertiría pronto en un éxito internacional, recibiendo en particular los elogios del director de orquesta Hans von Bülow y de Cósima Wagner.
Don Juan, un noble sevillano, es un seductor apuesto, valiente y osado hasta la temeridad que no respeta ninguna ley divina o humana. Llamado también el burlador o libertino, altera el orden social deshonrando a las mujeres más respetadas y virtuosas, promueve duelos y escándalos, y finalmente es castigado por la estatua funeraria de una de sus víctimas, el padre de una de las damas burladas, que lo mata y lo arrastra a los infiernos. Wolfgang Amadeus Mozart escribiría sobre este argumento su magnífica e inmortal ópera y el poeta inglés Lord Byron un famoso poema.
Según la tradición, el personaje lo creó en 1630 el escritor español Tirso de Molina, en su obra El burlador de Sevilla y convidado de piedra, aunque ya existían en teatro ciertos antecedentes del tipo del fanfarrón y seductor y en los romances el tema del convidado de piedra (estatua que cobra vida ante quien hace burla de los muertos y los evoca con irreverencia).
Richard Strauss nació el 11 de junio de 1864, en Múnich, en una familia de la alta burguesía de Baviera dedicada a la industria cervecera. Fue hijo de Franz Strauss, intérprete solista de trompa en la Ópera de la Corte de Múnich, y muchos miembros de su familia eran músicos, por lo que recibió una educación musical completa desde que era niño. Durante su adolescencia Strauss asistió a ensayos con la Orquesta de la Corte, recibiendo clases particulares de teoría musical y orquestación del director Wilhelm Friedrich Meyer. En 1882 ingresó en la Universidad de Múnich, donde estudió cursos de Estética, Filosofía e Historia del Arte.
Un año después marchó a Berlín, donde obtuvo un puesto como director asistente del famoso Hans von Bülow, quién pronto sintió aprecio y admiración por el joven compositor, decidiendo incluso que le sucediera como director de la orquesta de Meiningen tras su dimisión en 1885.
Estar cerca de von Bülow, contar con sus consejos y amistad fue sin duda muy importante para el joven Strauss. Con él aprendió el arte de la dirección de orquesta y llegaría a conocer y profundizar en la música de Wagner. En aquella época, existía una gran rivalidad entre los partidarios de Johannes Brahms y los de Richard Wagner. Franz Strauss había influenciado fuertemente a su hijo hacia Schumann y Brahms, la que se consideraba corriente clásica de la música, pero ahora lejos del dominio paterno, éste podía con más libertad explorar nuevos caminos musicales.
Joven de temperamento romántico y fogoso, vivió un gran y apasionado amor con Dora Wihan-Weis, esposa de su amigo el violonchelista Hanus Wihan. A pesar del posterior divorcio de élla, el romance llegó a su fin y poco después el compositor conocería a la soprano Pauline Anha que se convertiría en su esposa y musa durante toda su vida.
En otoño de 1887, después de leer unos versos del poeta Nikolaus Lenau sobre la mítica figura de Don Juan, Strauss quiso dar forma a su propósito de crear nuevas formas musicales, inspirándose en temas literarios. A pesar de su juventud, ya había compuesto sonatas, música de cámara, alguna sinfonía y concierto, y los poemas Aus italien y Macbeth, aúnque en estilo clásico. El poema sinfónico Don Juan estuvo terminado un año más tarde, el 30 de septiembre de 1888.
Esta obra compuesta a los veinticuatro años, es el primer gran estallido del genio innovador de Strauss, y en ella se revela su verdadera personalidad y las características más destacadas de su arte: el impulso incomparable de los temas y de su ulterior desarrollo, la intensidad de la expresión armónica y el esplendor del colorido orquestal.
La solución personal del problema de la forma que caracteriza a todos sus poemas sinfónicos, presenta en "Don Juan" el distintivo de una definición y un desarrollo libres de la forma sonata. Los temas masculinos -expuestos en primer lugar con un impulso tempestuoso, y de los cuales el segundo es el famoso motivo encomendado a las tompas- hallan la oposición de los temas femeninos, de condición marcadamente lírica, especialment dos de ellos: el desarrollado por las cuerdas, en Si menor, y el motivo cantabile en Sol mayor y confiado al oboe que parece flotar sobre las sonoridades cálidas y graves de las cuerdas.
Strauss no se sirvió del poema de Lenau para ofrecer una guia literal en su "Don Juan", sinó que más bién queria expresar la esencia de los personajes y situaciones. Pese a todo escribió unos puntos de referencia para que los músicos de la orquesta la conocieran mejor. La obra empieza impetuosamente con el tema del protagonista de la historia. Sigue el tema del primer amor, a continuación las aventuras de Don Juan, el segundo amor, un Carnaval desenfrenado, y acaba con el hastío y la amargura, un largo crescendo, interrumpido por un silencio que simboliza la muerte de Don Juan.
La obra está orquestada para 3 flautas (la tercera doblando al piccolo), 2 oboes, corno inglés, 2 clarinetes en la, 2 fagotes, contrafagot, 4 trompas en mi, 3 trompetas en mi, 3 trombones, tuba, timbales, triángulo, platillos, glockenspiel, arpa y cuerdas.
La partitura y la reducción para piano a cuatro manos fue publicada por Joseph Aibl (editorial) en Leipzig en 1890.
El éxito de su poema sinfónico Don Juan consagró a Strauss como uno de los compositores más importantes del momento, con gran prestigio a nivel internacional, fama que habría de acompañarle hasta su muerte.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario