Absorbido por la composición Franz empezó a descuidar las otras disciplinas y, mientras en los primeros años de colegio había sido siempre el primero de la clase, ahora sus notas eran cada vez peores. De entonces datan las primeras desavenencias entre Franz y su padre. El maestro deseaba que su hijo menor fuera un honrado funcionario como él mismo y sus dos hijos mayores, Ignaz y Ferdinand, y que la ayudara en la enseñanza, practicando la música como hobby. Pero los sentimientos de Franz eran otros, se sentía nacido para la música, confiaba en su genio y no se resignaba a ser un músico "del domingo". En 1813 Schubert tenía dieciseis años, su voz había cambiado y la Capilla Imperial ya no le necesitaba; a pesar de ello la dirección del Konvikt decidió retenerle para darle una completa formación musical, pero Franz prefirió despedirse.
Manuscrito original del "Octeto"
En 1813 el último año pasado en el Konvikt, Schubert había escrito otros cuatro cuartetos, un octeto para instrumentos de viento, una canción báquica para bajo solo, coro de hombres y piano y la "Cantata para el aniversario de mi padre" para dos tenores, bajo y guitarra.
A los dieciseis años, los jóvenes austríacos tenían que estar a disposición del ejército imperial por un periodo de tiempo que podía llegar a los catorce años; era una perspectiva aterradora para Schubert y, dado que la profesión de maestro de escuela dispensaba del servicio militar, pensó seguir, por el momento, los consejos de su padre. Frecuentó entonces, durante un año, las clases de pedagogía en la Escuela Principal de Santa Ana y obtuvo el título de maestro auxiliar que le permitió convertirse en ayudante de su padre. Tuvo a su cargo la primera clase elemental. No era ciertamente un modelo de maestro. Estaba siempre distraído, los niños le irritaban y no podía evitar de pegarles, como él mismo confesó más tarde a un amigo.
Schubert usó gafas durante toda su vida debido a su miopía. Estos son dos modelos que se conservan.
Naturalmente, mientras frecuentaba la escuela de Santa Ana, siguió componiendo; nacieron entonces la Primera Sinfonía en re Mayor, el séptimo cuarteto, algunos lieder y la Misa en fa mayor, ejecutada el dieciseis de octubre de 1814 en la iglesia de Lichtental. Cantaba la parte del soprano una joven de dieciseis años llamada Teresa Grob, el primer amor de Franz Schubert. En 1821, Franz decía a uno de sus amigos: He amado una sola vez profundamente y he sido correspondido... Ella no era bonita, pero era buena, buena con todo el corazón. Durante tres años busqué por todos los medios un empleo que me permitiera casarme con ella; pero al final se casó con otro, en parte para dar gusto a su familia. He sufrido mucho. Todavía la amo y jamás encontraré una joven tan buena y tan dulce.
Schubert y Therese Grob
Uno de los empleos que Schubert solicitó cuando esperaba aún casarse con Teresa, fue la plaza de maestro de música en la Escuela Normal de Lubiana, salida a concurso en 1816. Desgraciadamente, a pesar de una carta de Salieri (que no recomendó a otro como se ha dicho), su solicitud no fue aceptada.
Después de la Misa en fa mayor, Schubert escribió una ópera en tres actos El Castillo del Diablo, sobre libreto del barón August von Kotzebue, y poco más tarde uno de sus más famosos lieder: Margarita a la rueca, sobre el poema de Goethe. Con esta obra maestra, el joven músico demostró haber llegado a la madurez artística, llevando al mismo tiempo el lied alemán a la perfección.
Schuber compuso Margarita a la rueca el 19 de octubre de 1814, desde entonces y hasta finales de 1815, vivió uno de los periodos más fecundos de su vida; escribió la música para cuatro óperas, las sinfonías Segunda y Tercera, dos Misas, el noveno cuarteto de cuerda, dos sonatas para piano, varias composiciones cortas para piano y cerca de ciento cuarenta lieder, entre los cuales otra obra maestra, siempre sobre un poema de Goethe: El rey de los Elfos.
Una vista de Viena en el siglo XVIII, poco antes de nacer Schubert. Pintura de Canaletto.
1816 fue un año importante para Schubert, no sólo por su producción artística de la que cabe destacar las sinfonías Cuarta (Trágica) y la Quinta, sinó también porque se decidió, por fin, a dejar la escuela para dedicarse únicamente a la música. Su padre, disgustado, le echó de casa y uno de sus amigos, Franz von Schober le acogió en la suya. A partir de este momento, los amigos fueron la verdadera familia de Schubert. Siempre había sido muy sociable y nada difícil al momento de escoger sus relaciones, supo encontrar verdaderos amigos, devotos y entusiastas que llenaron su vida. Sus nombre han llegado hasta nosotros: Hüttenbrenner, von Spaun, Hartmann, Mayrhofer, Schwind, Schober, etc.
Entre ellos había pintores, poetas, escritores, filósofos, pero un solo músico: Schubert. Por mediación de Schubert todos éramos amigos, escribió von Spaun. Franz era el verdadero animador del grupo, tanto que se dio a sus alegres reuniones el nombre de Schubertiadas. De todos sus amigos, el que más influencia tuvo tuvo sobre Schubert, fue el poeta Johann Mayrhofer, cuyos poemas sivieron de texto para varios lieder y que fue, quizás, el único que supo comprender la verdadera grandeza del arte del músico. Entre los más fieles hay que recordar a Joseph von Spaun, antiguo compañero en el Konvikt y el simpático y generoso Franz von Schober en cuya casa tenían lugar, a menudo, las Schubertiadas.
Escena de una "Schubertiada". Cuadro de Julius Schmid
Trío nº 1, 1er. mvto.(Yehudi y H. Menuhin ) Die Forelle (V. de los Angeles) Entreacto Rosamunda (Orquesta) Impromptu op. 90 nº 3( Horowitz)
An die Musik (J. Baker) Marcha militar (Orquesta)
Schubert: Sonata 784 Live-Recording in Wissembourg/France on 10 September 2006, performed by BORIS FEINER
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