06 diciembre 2008

Jacques Offenbach, la alegría de vivir ( 2 )


Seis meses después, al clausurarse la Exposición, Offenbach encontró otro teatro cerca de la Opera, al que también dio el nombre de Bouffes-Parisiens. Las nueva obras se ensayaron a toda prisa. Con Halévy, Offenbach creó Bata-clan y Madame Papillon y, con Michel Carré, La Rose de Saint-Flour, a la que calificó por primera vez de "Opereta".
A pesar de su genio en el quehacer teatral, Offenbach era un mal hombre de negocios que gastaba más de lo que ganaba. Perseguido por sus acreedores necesitaba un gran éxito. Lo logró en 1858 con Orfeo en los Infiernos, una parodia de la leyenda griega de Orfeo. Para el inteligente libreto de Halévy, Offenbach compuso una brillante partitura. También sacó el can-can de los cabarets vulgares y lo llevó al escenario. La danza se convirtió en el furor de París.


Orfeo se representó 228 veces, un récord en su tiempo, y en 1859 los ingresos del Bouffes llegaron a casi medio millón de francos. Al año siguiente Offenbach tomó la nacionalidad francesa por orden personal del Emperador y, como en aquel momento no tenía deudas, se hizo construir una casa de verano, la Villa Orphée, en Etretat, en la costa de Normandía. Le gustaba descansar allí con su esposa, sus cinco hijos y sus numerosos amigos.
Sin embargo, no descansaba mucho tiempo. Nuevas obras seguían a vertiginoso ritmo (tres en 1859, cuatro en 1860 y cinco en 1861). El público acudía en tropel a reírse de la abierta parodia de su propia sociedad y a llevar el compás de las nuevas melodías que Offenbach les ofrecía en número ilimitado. Fuera del teatro, su música se oía por doquier: en pianos de dorados salones, en bailes de la corte, en cabarés de barrios y hasta en los estridentes compases de las bandas militares. Un crítico de música de París señaló: "El señor Offenbach compone tres valses antes de almorzar, una mazurca después de cenar y cuatro galops entre las comidas".


Para mantener aquel prodigioso ritmo de producción, hizo instalar un escritorio en su carruaje para poder repasar las partituras camino de los ensayos. A un amigo le escribió: "Tengo un vicio terrible: no puedo parar de trabajar. Lo siento por aquellos a quienes no les gusta mi música, porque yo, con toda seguridad, moriré con una melodía en la punta de mi pluma".


Halévy dejó una vívida imagen del compositor en su trabajo: "Escribía con gran rapidez. Luego, para buscar una armonía, tocaba en el piano algunos acordes con la mano izquierda. Sus hijos iban y venían a su alrededor, jugando, riendo y cantando. Llegaban amigos y colaboradores. El hablaba, chismorreaba, bromeaba y seguía escribiendo con la mano derecha".
La frenética actividad de Offenbach no tardó en hacer mella en su salud. Tenía reúma y gota. Su aspecto demacrado y sus escasos mechones de pelo inspiraron muchas caricaturas. Sin embargo, entre 1864 y 1866 compuso nada menos que quince operetas.
En 1867 produjo La Gran Duquesa de Gerolstein, que trataba de la fatua corte y el pretencioso ejército de un imaginario principado alemán. Cuando el canciller prusiano Otto von Bismarck vio la obra en París exclamó encantado: "Así es exactamente como es" y agregó: "Terminaremos con los Gerolstein". El plan de Bismarck para unificar Alemania suponía la guerra, porque Francia no podía tolerar una Alemania fuerte en sus fronteras. A pesar de esto, las amenazadoras nubes de guerra no hicieron más que aumentar la popularidad de La Gran Duquesa.

Napoleón III (primero a la izquierda y el Canciller Bismarck en Sedán.

La rápida derrota de los franceses en 1870 marcó el final del Segundo Imperio. Se dice que Napoleón III mantuvo su compostura durante la rendición a los prusianos en Sedán. Pero aquella noche, solo y prisionero en un castillo, oyó a una banda militar enemiga tocar en la distancia una melodía de Offenbach, y toda su entereza se derrumbó al son de la familiar música, y se echó a llorar.
Mientras tanto. Offenbach comprobó de repente que la prensa le tildaba de prusiano, y sus enemigos culpaban a sus frívolas sátiras de la derrota de Francia. Triste y perplejo, abandonó el país y se dirigió a España, pero pronto regresó. Decidido a rehacer su fortuna, Offenbach produjo una reposición de Orfeo. Con la nueva obra recaudó más de dos millones de francos, pero pronto los despilfarró en producciones costosas que no tuvieron éxito. Una vez más se enfrentaba con la bancarrota.
Entonces le llegó una invitación de Norteamérica para dirigir treinta conciertos con motivo de la celebración del centenario de Estados Unidos, en 1876. Aunque transido por el dolor y la enfermedad, Offenbach actuó durante seis semanas a teatro lleno. Animado por su éxito norteamericano, regresó a París y compuso dos brillantes operetas más: Madame Favart y La hija del Tambor Mayor.

Una fotografía de París de noche.

A pesar de sus éxitos en la opereta, Offenbach estaba decidido a pasar a la posteridad como compositor "serio". A los sesenta y un años, cada día con más precaria salud, trabajó en la cama con la idea de terminar una ópera: Los cuentos de Hoffman. Era una carrera contra la muerte: para el 4 de octubre de 1880 sólo había completado la partitura de piano y algunos fragmentos de la orquestación (otros se la completarían). Con el manuscrito aún en la mano, tuvo un ahogo. "Todo acabará esta noche...", murmuró a su familia.
A la mañana siguiente, el cómico Léonce, que protagonizaba Orfeo, llegó al piso del compositor. El portero de la casa salió a recibirle, diciendo: "El señor Offenbach ha fallecido... Murió sin darse cuenta". Léonce respondió: ¡Ah... Como se va a sorprender cuando se dé cuenta!".
Era un epitafio realmente adecuado, igual que el diálogo de una opereta de Offenbach.


Pintura de Claude Monet (1840-1926)

A continuación escuchamos una selección de "Los Cuentos de Hoffman". Cantan Plácido Domingo, Natalie Dessay, Agnes Baltsa, Ileana Cotrubas.

Podemos escuchar ahora la deliciosa obra "Gaité Parisienne", un arreglo de Rosenthal con las más famosas obras de Offenbach

3 comentarios:

jgmondragon dijo...

Esta musica la conozco. Lo que desconozco totalmente es el ballet, ya que por estoa lados poco o nada se ve o se sabe de esta musica. Esta pagina de Ballet esta muy fabulosa ya que es la musica mas popular de este genero. Muchas gracias por ponerla a disposicion de sus visitantes.

Classic Musica dijo...

Hola, muchas gracias por su visita y comentarios. Gaîté Parisienne es un "poutpourri" basado en la música de varias obras de Offenbach, en arreglo y orquestación de Manuel Rosenthal en el año 1938. No me consta que en la actualidad se interprete mucho en los escenarios, en cambio la música si es muy popular.
En los enlaces que dejo puede obtener más información sobre el ballet.
Le envío un saludo.

http://www.worldlingo.com/ma/enwiki/es/Ga%C3%AEt%C3%A9_Parisienne

http://en.wikipedia.org/wiki/Ga%C3%AEt%C3%A9_Parisienne

Anónimo dijo...

Muchas gracias.
@Marfibamo