30 junio 2013

Boieldieu, Concierto Arpa y Orquesta




Llamado el Mozart francés, François-Adrien Boieldieu fue un popular compositor de óperas durante el primer tercio del siglo diecinueve, llegando a recibir los elogios de Hector Berlioz, quién atribuyó a sus composiciones una «elegancia parisina de buen gusto que agrada».

Boieldieu nació en 1775 en la histórica ciudad francesa de Ruan (Rouen) donde el maestro de capilla y más adelante el organista de la Catedral lo iniciaron en la música. Durante el periodo de la Revolución francesa, conocido como el Reinado del Terror, Ruan fue una de las pocas ciudades que siguió conservando una actividad musical importante y Boïeldieu compuso durante esa época sus primeras obras basándose en textos escritos por su padre. Poco después se trasladó a París, donde prudentemente se estableció como afinador de pianos.
Por aquel entonces gozaba del favor popular la denominada ópera cómica, género que había superado a la ópera buffa y estaba más próximo a la clásica, pero con música y diálogos más ligeros.Tradicionalmente representada en la sala Favart, también fue interpretada en el Théâtre de Monsieur desde 1789. En 1791 se instaló en un edificio nuevo, el Théâtre Feydeau, que anteriormente había estado reservado a las compañías de la ópera buffa. Durante aproximadamente una década, las compañías del Favart y del Feydau competían entre sí. Favart ofrecía múltiples espectáculos patrióticos y representaba obras más ligeras de Étienne Nicolas Méhul, mientras que Feydeau solía representar dramas heroicos de Luigi Cherubini o de Jean-François Lesueur. En 1797, Boïeldieu representa en el Feydeau sus obras La Famille suisse y L'Heureuse Nouvelle. En 1798, será en el Favart donde se representa Zoraime et Zulmare con un éxito arrollador.

Hijo espiritual de André Grétry, Boïeldieu privilegiaba las melodías sin adornos superfluos y las revalorizaba con una instrumentación ligera pero cuidada y con escogidos diálogos . En 1800, logra un auténtico triunfo con Le Calife de Bagdad y compone el que sería su famoso Concierto para arpa y orquesta. En 1804, tras la ruptura de su matrimonio con la bailarina Clotilde Mafleurai, se traslada a San Petersburgo para ocupar el puesto de compositor de la corte del Zar. Allí permanecería durante seis años, escribiendo nuevas obras. De regreso a Francia, reconquista al público parisino con más de una decena de celebradas operas.




En 1825, publica la que se considera su obra maestra, La Dame Blanche, con libreto de Eugène Scribe y basado en dos novelas del escritor inglés Walter Scott. El argumento está construido sobre el tema del niño perdido y posteriormente felizmente reencontrado in extremis. El estilo de esta ópera fue retomado en otras óperas famosas como Lucia di Lammermoor, I Puritani y La jolie fille de Perth. Reconocida como una de las primeras tentativas de la introducción de la temática fantástica en la ópera, La Dame blanche sirvió igualmente de modelo para Robert le diable o Fausto.

Boïeldieu se convirtió en profesor de composición en el Conservatorio de París y en 1817, sucede a Étienne Nicolas Méhul en el Instituto de Francia. Recibe la Legión de Honor en 1820. Su siguiente ópera, Les Deux Nuits (1829) fue admirada por el mismísimo Richard Wagner quien tomaría prestada «la vivacidad y la gracia natural del espíritu francés» y se inspiraría en uno de los coros para la « marcha de los prometidos» de Lohengrin.
Boïeldieu perdió progresivamente la voz, posiblemente a causa de un cáncer de laringe. La decadencia de la ópera cómica y la revolución de 1830 se añadieron a su desgracia. Para evitar que se viera en la miseria, Adolphe Thiers le asegura una pensión del estado de 6.000 francos. El 25 de septiembre de 1834, hizo su última aparición pública en el estreno de Chalet de Adolphe Adam. Poco antes de su fallecimiento, tuvo así la elegancia de pasarle el testigo a su brillante alumno.
François-Adrien Boieldieu murió en Varennes-Jarcy el 8 de octubre de 1834, a los 59 años. Su corazón fue enterrado en Ruan, en una tumba pagada por la ciudad, mientras su cuerpo recibió sepultura en el famoso cementerio Père Lachaise en París.
Artista nacido en el Antiguo Régimen, Boïeldieu se forjó durante el periodo revolucionario del Reinado del Terror, alcanzó la celebridad durante el Consulado y el Imperio, fue honrado por los Borbones y después arruinado por la Revolución de Julio. Siguió siendo el principal compositor francés de óperas del primer cuarto del siglo XIX.



El arpa es un bello y elegante instrumento musical, con un melodioso y seductor sonido, al que muy pocas veces escuchamos como solista en un concierto.
Compuesto por un marco resonante y una serie variable de cuerdas tensadas entre la sección inferior y la superior, las cuerdas pueden ser pulsadas con los dedos o con una púa o plectro. Además del arpa clásica, usada actualmente en las orquestas, existen otros tipos, como el arpa celta y el arpa paraguaya. El arpa también es el instrumento musical nacional de Irlanda, Paraguay y Perú.

No se sabe con exactitud la fecha y el lugar de su aparición. Han existido en diferentes partes del mundo, en épocas distintas y en diversas formas. Se conocía ya en la antigua Asiria, en Israel y Egipto, de donde pasó a Grecia. Fue un instrumento muy en boga durante la Edad Media, siendo abandonado durante el Renacimiento para recuperarse de nuevo en el siglo XVIII, cuando se le agregaron los pedales.
Si bien existen instrumentos muy antiguos semejantes al arpa, debe tenerse en cuenta que la clasificación de Hornbostel y Sachs distingue entre los cordófonos tipo arpa (con un mástil que cierra el arco) y los tipo arco (que no disponen de ese mástil). Así pues, varias de las primitivas arpas que se describen en la historia del instrumento son literalmente, arcos musicales.

El Rey David con sus músicos
Se puede dividir el arpa europea en dos modelos:

«Arpa medieval», (de origen irlandés), también conocida como arpa bárdica. No superior a los 75 cm de altura y de afinación diatónica, cuerdas metálicas, ornamentalmente rica en tallas, dibujos e incrustaciones de metal. En la actualidad aun se tienen dos ejemplos claros, uno es el arpa del rey Brian Boru (muerto en 1014) que se puede encontrar en el Museo de Dublín, y otra es el arpa de la reina Mary de escocia, en el Museo Nacional de Edimburgo.
«Arpa celta» (de origen galés), puede tener hasta 105 cm de altura, 34 cuerdas y con la posibilidad de incorporar sistemas de semitonos.

Ambas tienen el pilar curvado y su caja de resonancia se ensanchaba en las cuerdas graves.
El arpa medieval era diatónica, y el arpa moderna, por el contrario, nació con los primeros intentos de cromatismo que la evolución de la música occidental exigía. Los primeros intentos surgieron de los talleres de luthiers irlandeses en el siglo XVI, que dotaron al arpa de una doble fila de cuerdas. En el siglo XVII se incorpora una tercera fila, la 1ª y 3ª fila eran diatónicas (29 cuerdas cada fila) mientras que la 2ª fila, con 20 cuerdas, estaba reservada para los semitonos.



A mediados del XVII unos constructores tiroleses inventaron el arpa de ganchos, con los cuales era posible estirar la cuerda y subirla un semitono. En esta época fueron muchos los mecanismos incorporados para subir el tono, pero todos accionados manualmente, por lo que debía hacerse antes de empezar la interpretación.
A finales del siglo XVII, un luthier bávaro fabricó la primera arpa con pedales que situados a ambos lados del soporte del instrumento, estaban unidos a los ganchos fijos de la consola mediante un sistema de transmisión. Eran siete los pedales, correspondientes a los siete grados de la escala musical y para cuyo instrumento Mozart escribió su Concierto para flauta y arpa en 1778. A raíz del descubrimiento se inspiraron numerosas ideas a cual más estrafalarias para ampliar las posibilidades del arpa (como fue la colocación de doble número de pedales y sordinas), pero el mayor éxito lo obtuvo S. Erard en 1811. Erard presentó el modelo llamado de «doble acción» que, con ligeras modificaciones posteriores, es la que se usa normalmente en la actualidad.

Hèbert-La Música



03 junio 2013

Richard Strauss, Don Juan


El 11 de noviembre de 1889, Richard Strauss sorprendió al mundo musical dirigiendo el estreno de su poema sinfónico "Don Juan" en el Teatro de la Corte de Weimar. El propio compositor mostró cierta incredulidad ante el clamoroso triunfo obtenido escribiendo: "Bueno, Don Juan fue un gran éxito, sonó maravillosamente y fue muy bien. Desató una tormenta de aplausos poco usual para Weimar".
La obra se convertiría pronto en un éxito internacional, recibiendo en particular los elogios del director de orquesta Hans von Bülow y de Cósima Wagner.

Don Juan, un noble sevillano, es un seductor apuesto, valiente y osado hasta la temeridad que no respeta ninguna ley divina o humana. Llamado también el burlador o libertino, altera el orden social deshonrando a las mujeres más respetadas y virtuosas, promueve duelos y escándalos, y finalmente es castigado por la estatua funeraria de una de sus víctimas, el padre de una de las damas burladas, que lo mata y lo arrastra a los infiernos. Wolfgang Amadeus Mozart escribiría sobre este argumento su magnífica e inmortal ópera y el poeta inglés Lord Byron un famoso poema.
Según la tradición, el personaje lo creó en 1630 el escritor español Tirso de Molina, en su obra El burlador de Sevilla y convidado de piedra, aunque ya existían en teatro ciertos antecedentes del tipo del fanfarrón y seductor y en los romances el tema del convidado de piedra (estatua que cobra vida ante quien hace burla de los muertos y los evoca con irreverencia).


Richard Strauss nació el 11 de junio de 1864, en Múnich, en una familia de la alta burguesía de Baviera dedicada a la industria cervecera. Fue hijo de Franz Strauss, intérprete solista de trompa en la Ópera de la Corte de Múnich, y muchos miembros de su familia eran músicos, por lo que recibió una educación musical completa desde que era niño. Durante su adolescencia Strauss asistió a ensayos con la Orquesta de la Corte, recibiendo clases particulares de teoría musical y orquestación del director Wilhelm Friedrich Meyer. En 1882 ingresó en la Universidad de Múnich, donde estudió cursos de Estética, Filosofía e Historia del Arte.
Un año después marchó a Berlín, donde obtuvo un puesto como director asistente del famoso Hans von Bülow, quién pronto sintió aprecio y admiración por el joven compositor, decidiendo incluso que le sucediera como director de la orquesta de Meiningen tras su dimisión en 1885.

Estar cerca de von Bülow, contar con sus consejos y amistad fue sin duda muy importante para el joven Strauss. Con él aprendió el arte de la dirección de orquesta y llegaría a conocer y profundizar en la música de Wagner. En aquella época, existía una gran rivalidad entre los partidarios de Johannes Brahms y los de Richard Wagner. Franz Strauss había influenciado fuertemente a su hijo hacia Schumann y Brahms, la que se consideraba corriente clásica de la música, pero ahora lejos del dominio paterno, éste podía con más libertad explorar nuevos caminos musicales.


Joven de temperamento romántico y fogoso, vivió un gran y apasionado amor con Dora Wihan-Weis, esposa de su amigo el violonchelista Hanus Wihan. A pesar del posterior divorcio de élla, el romance llegó a su fin y poco después el compositor conocería a la soprano Pauline Anha que se convertiría en su esposa y musa durante toda su vida.

En otoño de 1887, después de leer unos versos del poeta Nikolaus Lenau sobre la mítica figura de Don Juan, Strauss quiso dar forma a su propósito de crear nuevas formas musicales, inspirándose en temas literarios. A pesar de su juventud, ya había compuesto sonatas, música de cámara, alguna sinfonía y concierto, y los poemas Aus italien y Macbeth, aúnque en estilo clásico. El poema sinfónico Don Juan estuvo terminado un año más tarde, el 30 de septiembre de 1888.

Esta obra compuesta a los veinticuatro años, es el primer gran estallido del genio innovador de Strauss, y en ella se revela su verdadera personalidad y las características más destacadas de su arte: el impulso incomparable de los temas y de su ulterior desarrollo, la intensidad de la expresión armónica y el esplendor del colorido orquestal.
La solución personal del problema de la forma que caracteriza a todos sus poemas sinfónicos, presenta en "Don Juan" el distintivo de una definición y un desarrollo libres de la forma sonata. Los temas masculinos -expuestos en primer lugar con un impulso tempestuoso, y de los cuales el segundo es el famoso motivo encomendado a las tompas- hallan la oposición de los temas femeninos, de condición marcadamente lírica, especialment dos de ellos: el desarrollado por las cuerdas, en Si menor, y el motivo cantabile en Sol mayor y confiado al oboe que parece flotar sobre las sonoridades cálidas y graves de las cuerdas.

Strauss no se sirvió del poema de Lenau para ofrecer una guia literal en su "Don Juan", sinó que más bién queria expresar la esencia de los personajes y situaciones. Pese a todo escribió unos puntos de referencia para que los músicos de la orquesta la conocieran mejor. La obra empieza impetuosamente con el tema del protagonista de la historia. Sigue el tema del primer amor, a continuación las aventuras de Don Juan, el segundo amor, un Carnaval desenfrenado, y acaba con el hastío y la amargura, un largo crescendo, interrumpido por un silencio que simboliza la muerte de Don Juan.


La obra está orquestada para 3 flautas (la tercera doblando al piccolo), 2 oboes, corno inglés, 2 clarinetes en la, 2 fagotes, contrafagot, 4 trompas en mi, 3 trompetas en mi, 3 trombones, tuba, timbales, triángulo, platillos, glockenspiel, arpa y cuerdas.
La partitura y la reducción para piano a cuatro manos fue publicada por Joseph Aibl (editorial) en Leipzig en 1890.

El éxito de su poema sinfónico Don Juan consagró a Strauss como uno de los compositores más importantes del momento, con gran prestigio a nivel internacional, fama que habría de acompañarle hasta su muerte.