06 julio 2015

Mendelssohn, Rondó capriccioso Op. 14


Las grandes obras musicales de famosos compositores ciertamente nos admiran y producen una impresión profunda al escucharlas. Pero estos mismos autores también han escrito pequeñas y preciosas piezas, fruto de aquella inspiración que como se ha dicho "nace y se agota", las cuales nos deleitan como esas bellas flores silvestres que nos encontramos por el campo, sin que nadie las haya cultivado.

Las opiniones difieren en la fecha de composición del Rondò capriccioso, Op. 14 de Félix Mendelssohn. Algunos sugieren que compuso la obra en 1824; si este es el caso, es el trabajo más avanzado que había compuesto hasta el momento. La investigación más reciente muestra que el Rondó capriccioso fue terminado en 1828, pero carecía de la sección introductoria Andante. Dos años más tarde Mendelssohn revisó la pieza, posiblemente como un regalo para Delphine von Schauroth, una pianista de Munich. El autógrafo de esta versión, de 13 de junio de 1830, incluye tanto el Andante como el Presto. La pieza sigue siendo popular entre los pianistas, en parte porque aparenta ser más difícil de interpretar de lo que es en realidad .

El Rondó capriccioso consta de dos partes: un Andante en mi mayor 4/4 y un Presto en mi menor 6/8. En trabajos posteriores, como el Capriccio en mi menor, Mendelssohn utiliza este mismo formato. La pieza también presagia la vinculación que hace Mendelssohn de movimientos lentos a los finales rápidos como en el Capriccio brillante, op. 22, y la Serenata y Allegro giocoso, Op. 43. La progresión de mayor a menor también se produce en su famosa Sinfonía Italiana.


En su tendencia a descender a través de la tríada tónica, los temas de los dos movimientos están relacionados. El ajuste cantabile del Andante, con los acordes repetidos en la mano izquierda y una melodía inicialmente arqueando en la derecha, es muy similar a la canción. Esto pasa rápidamente, sin embargo, como la melodía se vuelve cada vez más embellecida, culminando en un descenso a octavas, interpretado fortissimo. La textura se vuelve más ligera y con rapidez crecientes escalas introducen el Rondò, marcado Presto. Algunos han encontrado en la apertura de la sección modo menor del Andante un toque de Weber, pero la unidad rítmica de la melodía, aumentando gradualmente la velocidad, y su comienzo en el tercer tiempo, son puro Mendelssohn.

El Presto tiene toda la cadencia y el fuego de la Obertura de El sueño de una noche de verano. El tema B no es muy original, pero los pasajes Rondó son electrizantes. Brillantes arpegios actúan como enlaces entre secciones, una de ellas, en el centro del movimiento, es en mi mayor y presenta fragmentos rítmicos del tema Rondó en el modo del desarrollo. Después de una repetición transpuesta del episodio Sol mayor, resolver en la tónica, los cambios clave vuelven de nuevo a mi menor para el aspecto final del tema Rondó con un pasaje de cierre estridente .




1 comentario:

Tono Menor dijo...

Muy buen análisis. Adoro esta obra de Mendelssohn, junto con las Hébridas y la Escocesa, me parece que forman un trío donde puede apreciarse toda la sensibilidad de este compositor. Gracias por an entrada. Un saludo