El Cuarteto para piano en mi bemol mayor, op. 87 es la segunda y última obra de Dvořák para este conjunto instrumental. Catorce años lo separan de su anterior Cuarteto para piano en re mayor, op 23, compuesto en 1875 y estrenado en Praga en 1880, que fue editado por Schlessinger pues al editor Simrock no le pareció interesante.
Sin embargo en 1885, cuando el compositor checo alcanza su completa madurez y maestría y había ganado prestigio internacional, Simrock le pidió que escribiera un nuevo cuarteto para piano para publicar en su editorial. Dvořák la prometió la obra y Simrock le recordaba constantemente su promesa en varias cartas: «Me gustaría recibir por fin un cuarteto para piano de usted; ¡me lo prometió hace mucho tiempo! ¿Y bien? ? ¿Cómo va?». Pero Dvořák tenía mucho, demasiado que hacer, ocupado en la composición de todos los trabajos pendientes: el oratorio Santa Ludmila, la segunda serie de Danzas Eslavas, el Quintero para piano op. 81, la ópera Los Jacobinos, entre otros.
Casi cuatro años más tarde, durante el verano de 1889, mientras descansaba en su residencia de campo de Vysoká, rodeado de la naturaleza que tanto amaba, Dvořák empezó por fin a bosquejar el Cuarteto para piano en mi bemol mayor. A su amigo Alois Göbl le escribió:¿Queréis saber lo que estoy haciendo? Tengo la cabeza llena de ideas. ¡Ojalá pudiera escribirlo inmediatamente! Pero no sirve de nada, tengo que ir despacio, sólo lo que la mano pueda manejar y el Señor Dios me concederá el resto. Ahora ya tengo listos tres movimientos de un nuevo cuarteto con piano y el final estará terminado en unos días. Va inesperadamente bien y las melodías me llegan a montones. ¡Gracias a Dios!” Iniciada el 10 de julio, acabó la obra el 19 de agosto.
La primera interpretación documentada tuvo lugar en Frankfurt del Meno el 17 de octubre del año siguiente. Hanus Trnecek, pianista, Ferdinand Lachner, Petr Mares y Hanus Wihan la estrenaron el 21 de noviembre de 1890 en otro concierto de la Umlecká beseda, en el Rudolfinum de Praga. Simrock publicó la obra ese mismo año.
Retrato de Antonin Dvořák
El Cuarteto para piano en mi bemol mayor es un ejemplo de la madurez absoluta del compositor y uno de los testimonios más concluyentes de la capacidad excepcional de Dvořák para introducir innovación y originalidad en la forma clásica. El carácter del primer movimiento en forma sonata está determinado principalmente por el tema principal, enérgico, que se expone desde el principio con una fuerte sintonía de todos los instrumentos. También es el tema de cierre y forma la base de la sección de desarrollo. El segundo tema, que altera el estado de ánimo del movimiento, sólo aparece en la exposición y la recapitulación, por lo demás no desempeña ningún papel en el desarrollo temático. Típica de Dvořák es la coda “falsa”: después de la amplia escalada hacia el final de la recapitulación, el oyente espera que el movimiento termine, pero de repente se interrumpe y la música parece que se va apagando poco a poco; luego vuelve a levantarse una vez más desde el pianissimo, ganando impulso durante varios compases brillantes y termina con un floreo.
Piano Bösendorfer que perteneció a Dvorak. Se conserva en museo de Praga.
El segundo movimiento del cuarteto es uno de los lentos más bellos de Dvořák, consta de dos partes casi idénticas que exponen el mismo material temático. Sin embargo, durante su repetición sufre diversas transformaciones instrumentales y, de alguna forma, también modulatorias. Cada una de las partes introduce progresivamente cinco temas conectados, de los cuales la cuarta añade un acento dramático a la atmósfera, por lo demás tranquila. La forma del movimiento se puede ilustrar con el esquema A–B–C–D–E–A'–B’–C’–D’–E'.
El tercer movimiento se compara a menudo con una pieza de disposición similar, el movimiento scherzo de la Sinfonía en sol mayor de Dvořák. Comparte su arreglo formal en tres partes y, sobre todo, el carácter del material temático es análogo: una sección principal interpretada como un vals casi melancólico y una sección intermedia más animada. El tema secundario de la parte principal es inusual por su tono oriental, que se logra mediante el uso de una segunda aumentada, mi bemol-fa sostenido, en la línea melódica sobre un acorde sostenido de sol menor.
El movimiento final del cuarteto es uno de los más vivaces de Dvořák, deslumbrante por su tema principal altamente rítmico que domina el movimiento. El movimiento presenta una notable progresión armónica: comienza en la tonalidad “incorrecta” de mi bemol menor, y solo en la recapitulación avanza hacia la tonalidad fundamental de mi bemol mayor.
Artículo generado por IH (Inteligencia Humana) Fuente consultada: www.antonin-dvorak.cz
Paisaje de Bohemia, patria de Dvořák
El castillo de Kašperk fue construido por orden del rey checo y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Carlos IV en los años 1356-1361, a una altitud de 886 metros sobre el nivel del mar en el saliente noreste de la colina Ždánov, para proteger la frontera entre Bohemia y Baviera, vigilar los importantes yacimientos de oro y para asegurar la importante ruta comercial llamada el Camino Dorado. Atractivo turístico en la actualidad, por su interés histórico y el magnífico paisaje que lo rodea.
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