05 junio 2021

Dvorak, Scherzo Capriccioso, op. 66

La palabra "Scherzo" significa en su original italiano Scherzi una broma o algo gracioso. En música, desde que se utiliza, quiere decir más bien juego o capricho y se ha llamado scherzo desde hace siglos a una página con cierta vivacidad y ritmo movido. Sin embargo, al pasar a formar parte de obras serias, perdió su sentido original, refiriéndose mejor al brillo y a la animación que a un carácter humorístico. A veces se trata de una composición independiente, pero con preferencia es el movimiento de la sonata, sinfonía o el cuarteto, donde sustituye al minueto. El primero que realizó el cambio fue Haydn, aunque se considera a Beethoven como padre del verdadero Scherzo sinfónico.

En la primavera de 1883, Antonin  Dvorak escribió el Scherzo Capriccioso, op. 66. Tenía entonces cuarenta y dos años y aunque era autor de sinfonías, música de cámara y un Stabat Mater, su nombre se conocía por toda Europa gracias a sus populares Danzas Eslavas, op 46, compuestas en 1878 y publicadas por Simrock el mismo año.

Dvorak siempre amó profundamente Bohemia, su tierra natal, y sus costumbres, sus bosques y leyendas. En todo ello y en la naturaleza, encontraba la inspiración para crear sus obras.

El genio de Dvorak dependía en su mayor parte de una inspiración pura y un instinto innato para el colorido tonal, y es difícil eludir una comparación con Schubert. Estos dos compositores tuvieron mucho en común, ya que ambos gozaron de facilidad enorme para las ideas lozanas y vitales, y ambos generaron un buen caudal de sorpresas rítmicas y armónicas, especialmente en sus modulaciones. Sin embargo, en la música de Dvorak, no hay asomo de la gentileza que caracteriza a la de Schubert y que da a la obra de éste un sentido de cortesanía.

 Las creaciones de Dvorak son de una rusticidad tan poco afectada y tan exuberante que cualquier forma de sofisticación les privaría de su espontaneidad. Faltan los matices sutiles, pero no los echamos de menos, de aquí que no se preste servicio alguno a Dvorak refinando sus indicaciones de dinámica o buscando inexistentes detalles sutiles. Su impacto se basa en la robusta naturaleza de sus ideas y en su falta de inhibición, la carencia de hondura está compensada por lo interesante del tratamiento que les da. La atmósfera emocional de éstas es pasajera y cambia con frecuencia e incluso bruscamente, pero con una sinceridad y falta de complejidad que las hace al instante atractivas y convincentes.

El título, nos indica una obra de disposición alegre y lúdica, que en principio podría considerarse como una danza eslava de duración más extensa y exuberante, pero aunque guarda cierta similitud con ellas, también tiene otras características notables, incluido el desarrollo que se produce en la exposición , el contrapunto que crea una estructura densa y el sonido de la orquesta a menudo marcado por el uso distintivo del corno inglés y el clarinete bajo, lo cual le otorga una singularidad propia.

 Construida en su mayor parte sobre el motivo inicial de la trompa y el vals cantarín de los violines, no se indica cambio de tiempo para este último, desde el "allegro con fuoco" del comienzo, y en realidad el primer momento de tregua llega con el solo de corno inglés del trío "poco tranquillo". Otro motivo de violín conduce a un nuevo desarrollo de las dos primeras ideas, hasta que una cadencia de arpa anuncia la breve pero vivaz coda.

La partitura orquestal se deleita con una notable variedad de colores tonales, lograda mediante el uso ingenioso de instrumentos agregados a la orquesta tradicional: arpa, clarinete bajo, triángulo, platillos y tuba. En términos de forma, este es un esquema extenso de tres partes A-B-A que, en las secciones externas, expone temas más vivos y cambiantes; la parte media es algo más lírica e introduce una mayor sensación de tranquilidad. En contraste con los scherzos sinfónicos de Dvorak, esta obra es estructuralmente más compleja, más elaborada y, en sus segmentos externos, también presenta breves "desarrollos" parciales del material temático. La pieza se cierra con una coda que roza el éxtasis. Scherzo capriccioso es extremadamente difícil desde el punto de vista de un intérprete, sin embargo, para el público, es una de las obras más gratificantes de Dvorak.

Se estrenó el 16 de Mayo de 1883 en el Teatro Nacional de Praga, bajo la dirección de Adolf Chech. En el siguiente año, el propio compositor dirigió su obra con éxito en la que fue su primera visita a Londres.

Primera edición: Bote & Bock, 1884, Berlin.

Imágenes: Retrato de Dvorak/Obras del pintor checo A. Slavicek

Allegro con fuoco-Poco tranquilo-Tempo I-Presto


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